La larga espera

 




En la sala de espera  la gente estaba atenta a sus móviles, leyendo o hablando en voz baja. Maria se sentó en una silla vacía. Cerca de ella un padre y su hija conversaban animadamente. Ella los observaba con curiosidad en un momento dado el padre se levanto y fue al servicio quedándose la pequeña leyendo su libro. Entonces se fue la luz, la gente se quejaba que los dispositivos no funcionaban y las luces se apagaron. Estaban en un semisótano por lo que las luz de la calle no entraba demasiado. Las luces de emergencia daban una luz tenue. Ella se acerco a la niña para tranquilizarla.

─ No tengas miedo pronto, volverá la luz y seguro que tu papa está aquí en nada.

La niña le respondió muy seriamente:

─ No tengo miedo, mi prima Lucia vive sin luz muchas horas al día. Y la familia de Dylan que va a mi clase también tiene cortes de luz en su país. Gracias por preocuparte, mi padre ha ido al baño. El cuento me lo se de memoria, si quieres puedo contártelo.

Y cuando Berto volvió del baño se encontró a su pequeña Nerea contándole su cuento preferido a María su nueva amiga. La gente charlaba, hasta que unos minutos después la luz regreso y el centro de salud pudo retomar su ritmo habitual. 




 Hace una semana nuestras ciudades, nuestras vidas se pararon un poquito en menor o mayor medida por el apagón. Pero tan solo es una gota en el océano después de todo hay en vidas que no se paran que al contrario caminan, viven, pero no se acostumbran a este apagón eterno. Hablo de los barrios de Almanjayar de la Paz, en Granada (España) La Cañada Real en la comunidad de Madrid (España), en muchos lugares de nuestros amigos del otro lado del charco en América del Sur. Lugares donde no hay agua ni luz, ni otras tantas cosas que son esenciales para vivir, ya sea por que no hay "llegado" o por que la guerra o las catástrofes se las han arrebatado. Este ratito de relato, va para todas esas personas que lo sufren y sufrimos de alguna manera. Además forma parte del concurso de Tintero de Oro sobre la espera. 


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Comentarios

  1. Hola en efecto, en mi país llevamos años con cortes de energía eléctrica, y lo peor, que lo esperamos, sin saber cuándo o cuanto tiempo, ya es una constante, que hemos aprendido a vivir con esa incertidumbre, hubo un tiempo que eran hasta 17 horas o un día completo sin luz, algunas zonas hasta más, pero para mí ese tiempo fue de mayor producción pude escribir más, ya que contaba con más tiempo para hacerlo. Abrazos desde Puerto La Cruz, Venezuela

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    1. Hola Raquel, gracias por compartir tu experiencia y me alegro que ese tiempo te sirviera para escribir. Un abrazo.

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  2. Hola Ainhoa, me gusta tu relato, con esa niña tan sabia y prudente ante el imprevisto. Yo vivo en México y creo que las imágenes de lo que sucedió por allá dieron la vuelta al mundo y nos hizo conscientes de cuánto dependemos de la electricidad. Un relato que sirve de recordatorio de lo afortunados que somos la mayor parte del tiempo. En forma personal, espero que no lo hayas pasado tan mal, pero creo que eres como esa niña sabia y tranquila. Te mando un abrazo.

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    1. Hola Ana, que bonito piropo, gracias. Pues si me ha tocado vivir sin luz durante bastante tiempo
      pero es mas frustrante sobre todo por la gente mayor y niños y aquella que dependen de la luz para poder mantenerse con vida. Te mando un abrazo enorme yo también.

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  3. Hola Ainhoa! Muy tierno el relato, actual y reivindicativo! Me ha gustado mucho! Un abrazote!

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  4. Por una parte diría que la niña deja una lección para todos los que se alarman por inconvenientes como los cortes de electricidad, a los que no estamos acostumbrados los españoles. Pero por otra parte, la situación generada el pasado lunes en toda España tuvo consecuencias, algunas muy graves, con más de seis fallecidos; personas encerradas en ascensores durante horas, enfermos dependientes de un respirador afectados (uno de ellos falleció), pasajeros encerrados en trenes durante horas sin comida ni bebida, aviones con problemas de aterrizaje llenos de pasajeros... y a día de hoy no sabemos ni la causa del apagón. Por no hablar de las indemnizaciones que reclamarán los damnificados, como empresas fabricantes de coches que pararon la producción con enormes pérdidas, bares, restaurantes y hoteles con la comida echada a perder... fueron unas horas, pero la falta de electricidad hizo mucho mal.
    Hacen falta más niñas como la de tu relato por el mundo, pero lo ideal es que solucionen los problemas en origen para prevenirlos.
    Saludos cordiales.

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    1. Hola Marcos, un comentario muy completo. Ojala no se produjeran estos cortes y que se solucionaran los que existen en todo el mundo a día de hoy las perdidas humanas y materiales son infinitas. Un abrazo.

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  5. Hola, Ainhoa, pues sí la verdad, no sabemos lo que tenemos. Lo que pasó la semana pasada no es nada comparado con lo que sufren otros. Buen aporte al reto.
    Un abrazo. 🤗

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    1. Hola Merche, pues si. Gracias por pasarte y comentar. Un abrazo.

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  6. Me gusta que sea una niña la que traiga la templanza. Me gusta que esa templanza, venga de quien venga, pueda darse por la comunicación entre dos personas que buscan acompañarse con un diálogo o un cuento en una situación sorpresiva y desafortunada que no se sabe cuánto durará. Me gusta tu comprensión hacia todos los que pueden sufrir graves consecuencias en casos similares. Me gusta. Te abrazo

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    1. Hola Juana, me gusta que te guste, me gusta que hayas valorado mi historia y que hayas visto los detalles. Un abrazo.

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  7. Muy buen micro, Ainhoa. Una historia que da perspectiva a la situación que acabamos de vivir y la pone en contexto, apuntando una reflexión que siempre olvidamos. Me ha gustado mucho.

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    1. Hola Marta, gracias por tu comentario. :) un abrazo.

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  8. Hola, Ainhoa, un micro reconfortante en tiempos muy difíciles, tu narrativa transmite tanta serenidad que nos pone a dudar si los niños, que serán los adultos de mañana, en lugar de ser víctimas muy afectadas emocionalmente, vivirán más conscientes y calmados, pues han tenido que crecer y vivir entre tantos desórdenes mundiales ,que quizás les sirva de fortaleza interior y entereza. Bueno el tiempo lo dirá.

    En Rep. Dominicana es muy común que se vaya la luz por ratos, horas, o días, dependiendo del lugar, y aunque afecta en sentido general, se lleva mejor porque además de estar acostumbrados, estamos equipados para sobrellevarlos, los semáforos reciben luz de las instituciones cercanas, que tienen plantas eléctricas, muchos negocios y casas tienen inversores y lamparas solares modernas y ya hay bastante paneles solares por doquier. Como dice un viejo dicho, sin luz se vive, pero sin agua no.
    Me ha gustado leerte, un abrazo.

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    1. Hola Idalia esperemos que las nuevas generaciones vengan más preparadas. Sin duda por tu tierra por lo menos tienen algo en la cabeza. Por aquí también hay lugares que les pasa igual y son los grandes olvidados. Un abrazo.

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  9. Hola, Ainhoa. Antes ya habían apagones, i no pasaba nada, jugábamos al balón, o simplemente charlábamos. Ahora todo es pánico, y es por no estar conectados, los bulos se sucedía. Y las catástrofes se amontonaban unas encima de otras, problemas del primer mundo, cuando en otros lugares es el día a día.
    Un relato para pensar.
    Un fuerte abrazo y muchas gracias por participar

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    1. Hola Pepe, cierto que los apagones no son cosa de otro mundo poca paciencia hay en estos días. Gracias por pasarte comentar y por el reto claro. Un abrazo.

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  10. Cuando yo era pequeña había apagones en la zona donde vivía. Estábamos acostumbrados y no pasaba nada. Hoy en día, como vivimos pendientes de alguna pantalla, la espera se hace insoportable. Y es verdad que a estas alturas del siglo XXI aún hay mucha gente que vive a oscuras. Una vergüenza. Un abrazo!
    lady_p

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    1. Hola Sibila, cierto que hay gente que vive a oscuras mas de lo que pensamos. Gracias por pasarte y comentar. Un abrazo.

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  11. Ainhoa, me ha encantado esta escena tan cotidiana y tan luminosa a pesar de la falta de luz.

    Has capturado muy bien ese momento suspendido en una sala de espera: el murmullo, los móviles, la incomodidad… y de pronto, un apagón que revela algo más importante que cualquier luz artificial: la capacidad de los niños para normalizar lo difícil, para adaptarse, para ofrecer consuelo sin darse importancia.

    Nerea, con su serenidad y su cuento memorizado, transforma el apagón en una chispa de humanidad compartida. Y María, que parecía solo una espectadora, acaba siendo parte de una pequeña escena de ternura que se queda flotando incluso cuando la luz vuelve.

    Un relato breve pero muy sentido. De esos que, como la buena literatura, nos recuerdan que los gestos más pequeños pueden ser los más luminosos.

    ¡Enhorabuena por esta espera tan bien contada!

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    1. Gracias por tu comentario Tarkion, tan detallado y certero. Un abrazo.

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  12. Un relato que es como un aviso a navegantes. A nosotyros, tan acostumbrados a tenerlo todo a mano y a punto.
    Nos desesperamos cuando nos quedamos sin batería en el movil, o se va la luz, o nos cortan el suministro de agua por avería. O tenemos que llevar el coche al taller y tenemos que utilizar el transporte público. Nos estamos volviendo débiles y convirtiendonos en personas indefensas e inutiles sin tanta tecnología.
    Durante ekl apagón lo unico que eché en falta fue una radio a pilas para tener alguna informacion.
    Un abrazo agradecido por ese toque de atención hecho relato.

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    1. Hola Francisco, gracias por tu comentario. La inmediatez parece que es lo que se estila en estos tiempos. Un abrazo y buena semana.

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  13. El apagon es el momento clave de la historia del pais... hay un antes y un despues..... ese apagon dejara impronta en el alma.

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    1. Hola Jose esperemos que sea un impronta que perdure ya que hay quien olvida pronto. Un abrazo.

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  14. Hombre... llamándose Lucía, cualquiera.
    Estas niñas que parecen viejas ( mi abuela las llamaba cudivieja, pero, claro, no existe esa palabra), nos pone en nuestro sitio. Si la niña guarda esa calma, imagina el ridículo que haría un adulto poniéndose nervioso.
    Has dado en la Diana con lo de la espera de la luz, aquí quien más quien menos sabemos lo que es.
    Abrazooo

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    1. Hola Gabiliante, tu abuela sabia mucho sin duda. Un abrazo.

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  15. Muy cierto. El apagón que sufrimos incordió a millones de ciudadanos y la espera para que todo volviera a la normalidad se hizo eterna, sobre todo por la incertidumbre. Hay otros lugares en este país y en nuestro mundo civilizado en los que esa deficiencia es crónica y la gente no tiene más temedio que soportar los inconveientes, y nadie repara en ello de forma consciente. Estamos acostumbrados a vivir con todo tipo de comodidades, que cuando una falla es como el Apocalipsis. La niña de tu relato lo sabía muy bien, dando un ejemplo de su sabiduría a su interlocutora.
    Un abrazo.

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    1. Hola Josep, gracias por tu comentario. Dicen que uno valora lo que tiene cuando lo pierde. Un abrazo.

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  16. Hola Ainhoa, realmente no sabemos lo que tenemos hasta que se pierde, como sucedió con el apagón. Veremos si de ahora en adelante no habrá más.
    Un abrazo

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    1. Hola Nuria muy cierto, veremos que pasa de ahora en adelante. Un abrazo.

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  17. Por acá, los cortes de luz son frecuentes, en algunos lugares, falta de inversión de las empresas. Mucho consumo eléctrico en verano.
    Y tambien por inundaciones, como ha pasado en la ciudad de Bahia Blanca.

    Un abrazo.

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    1. Hola Demiurgo la verdad es que es todo eso que dices y mas factores que se juntan y a veces salta una vez o salta muchas. Gracias por tu comentario y espero que no salte más la luz. Un abrazo.

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  18. Hola Ainhoa
    ¡Me gusta y me parece importante reflexionar sobre el apagón que vivimos el 28 de abril! En primer lugar, porque fuimos conscientes de la dependencia atroz que tenemos de cosas como la energía eléctrica, lo desvalidos que nos sentimos por un hecho fortuito que sabíamos no duraría demasiado, y al mismo tiempo fuimos conscientes de la situación que vive muchísima gente que por vivir esa situación como habitual, ni siquiera se queja. Por otro lado, has elegido como portavoz de la capacidad de mantener la calma a una niña muy bien educada e informada. No siempre los adultos somos los mejor preparados para afrontar las crisis. ¡Bellísimo relato!
    Un abrazo fuerte
    Marlen

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    1. Kaixo Marlen, la cosa es que sepamos aprender de ello, esperemos que si. Gracias por tu comentario. Muxu haundi zuretzako.

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  19. Una historia muy emotiva, y muy cierta ya que algunos sufren de ese apagón y no tienen a nadie a quien echarle la culpa de la falta de luz, e intentan salir adelante como pueden .
    Un abrazo Ainhoa
    Puri

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  20. Hay gente a la que le falta la luz para poder llevar una vida normal. Los que la tenemos (casi) siempre necesitamos que nos la quiten unas horas para darnos cuenta de que nuestra vida normal no lo es tanto.
    Muy buen micro.
    Un abrazo.

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    1. Hola Macondo, muy cierto que hace falta este tipo de recuerdos para que pongamos los pies en el suelo. Un abrazo.

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  21. Hola, Ainhoa.
    Me ha gustado tu relato, ya que toca un tema que ha conmocionado las redes. Yo soy de Argentina e incluso aquí nos llegaron las noticias. Con este evento pudimos comprobar que: lo que para algunos es habitual o está completamente naturalizado, para otros puede significar un caos total.
    Buen relato.
    Saludos.

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    1. Hola Cynthia, cierto lo que dices, gracias por tu apreciación. Buena semana. Un abrazo.

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