Calzadas y aguas (II)



Retrasos y más retrasos, los planes que estaban en pergamino  sólo estaban en el aire. Se puso en pie. Salió fuera y respiró el aire fresco del mar y  la montaña.

Los correos no llegaban a tiempo y la calzada romana no era un problema, al contrario era una buena guía y un buen camino.

Hacía unos  momentos  Joan se había acercado, advirtiéndole que ya habían llegado los tres caballeros acompañados de un cuarto con monturas y dos bestias de carga.

Mandó  noticia al casal de Nuestra Señora de las Aguas, para que prepararan alojamiento y cena para los recién llegados a menos tardar.

Esperó hasta que llegó uno de los sargentos, y le saludó llamándola hermana y poniéndose a su servicio. Ella llamó a María para que los acompañara, y se pusieron en camino antes de que se hiciera más tarde.

Los vio reunidos y dispuestos a comenzar a levantar el campamento. Desmontó y se acercó seguida por los que la acompañaban, el sargento, la hermana María y varios trabajadores.

- Bienvenidos. Teníamos noticia de vuestro viaje, pero no de vuestra llegada, de haber sido así, hubiéramos venido antes -sonrió-  Soy la hermana Eulalia y seré vuestra anfitriona lo que dure vuestra estancia en estas tierras. Os acompañaremos para que descanséis, y mañana con la cabeza más despejada trataremos los asuntos que nos atañen a todos.

Esperó a que los caballeros montaran y mandó a dos de los trabajadores  que se hicieran cargo de las mulas. Puso  su montura a la altura del caballero de  más rango,  Fernando.

Una charla educada  y ligera  acompañó   la marcha hasta que llegaron al casal,  donde ya los esperaban. Ella se despidió cortésmente hasta el día siguiente.

Cuando regresó había llegado un mensajero con noticias que ya habían ocurrido, lo envió  a descansar y escribió una misiva a Gilbert.

En ella le contaba que los caballeros ya habían llegado y estaban sanos y salvos, los había observado durante el viaje.  Fernando educado y correcto, todos ellos venidos de Tierra santa.

 Sabía reconocerlos al primer vistazo. Muchos caminaban por la calzada buscando algo que habían dejado atrás y que jamás recobrarían. Las aguas de los baños lograban calmar y sanar su cuerpo, pero el alma  era diferente.

Muchos  habían pedido el consuelo de sus palabras y su sabiduría en los días de reposo. Había visto de todo y a muchos los había tratado antes de su paso por tierra santa. Ya no eran los mismos.

Después de haberlo meditado  escribió  que estaba segura del éxito de la misión que les había encomendado. Firmó y mandó que despertaran a uno de los muchachos para que partiera hacia la ciudad condal.

Pensó en un baño, pero era ya tarde, Entró María acompañada de Isabel con algo de cena y les sonrió. Si no fuera por ellas de seguro no se acordaría de las necesidades de su cuerpo.

Despuntaba el alba de  San Juan. Hizo  poner una tienda y la mesa para un desayuno abundante,  todavía los últimos rescoldos de las hogueras se consumían.

Cuando el calor todavía no apretaba les envió recado,  pensando que ya estarían listos. Se llevó el material de trabajo y dio las últimas órdenes antes de dar por acabado el  trajín de los hombres de la casa, era día de fiesta.

Cuando por fin se sentaron bajo la sombra, llegaban los caballeros. Se acercó a darles la bienvenida, invitándolos a sentarse y comer.

A su derecha había hecho sentar a  Fernando,  junto a él  a Isabel,  y a Yago.  A su izquierda  María,  Guillermo y Ari.

Una reunión bastante curiosa, teniendo en cuenta que en el otro extremo de la mesa a un lado estaba Ari, pelirrojo y  tan alto como una torre, y al otro  Yago, moreno y tan pequeño que podría entrar en cualquier lugar sin ser visto.

Un desayuno distendido que acabó siendo almuerzo, todos pertenecían a la misma Orden y todos sabían sin saber por dónde discurrían las vidas de cada uno de sus compañeros de mesa. Un día de fiesta y de celebrar.

La gastronomía, los viajes, las historias cómicas  engrosaron aquella reunión.  Se fueron conociendo a sabiendas de que durante un tiempo serian compañeros de camino y de trabajo.

Les mostró las  termas romanas, los manantiales y las tierras que pertenecían a ellas. Las mediciones para la futura encomienda ya habían sido tomadas y anotadas, al igual que los mojones mirados y supervisados con regularidad.

Ella llevaba residiendo algo más de dos años en aquel lugar. Había logrado del rey el usufructo de las termas durante una década y construir el casal en donde solo existían unas pocas granjas que ya no tenían que esperar nada de la ciudad condal.

Había establecido relaciones con el señor  que se expandía en la costa, y habían aumentado significativamente las donadas y donados a la Orden.

Después del paseo pensó en que sería un buen final un baño en las termas. Los había mirado uno a uno a los ojos y había sabido leer en ellos, las aguas relajarían sus cuerpos y se llevarían con ellas todo aquel polvo que acumulaban,  y el incrustado en sus almas que les impedía seguir adelante.

Todo aquello era demasiado nuevo para algunos de ellos, una década era mucho tiempo,  eran la cabeza del león que ignora lo que hace  su cola.

Había estado en la cabeza y en la cola y eso  le daba  ventaja que ayudaba en la mayoría de los casos. Prefirió verlos a los cuatro en conjunto, no había prisa y lo que algunos veían como casi un castigo ella sabía que sería más un bálsamo y un aprendizaje para todos.

Los invitó a que se dieran un baño en las termas mientras el ocaso pintaba de naranjas y rojos el cielo y el mar. Fuegos surgieron cerca de la tienda, y una cena frugal alfombró el suelo a la espera.

El agua dio liviandad a los cuerpos y los ojos parecían menos apagados, ropas de lino y los mantos, los pies descalzos pisaban la suave hierba, ellas los esperaban, se sentaron alrededor de la cena, en el suelo.

La brisa del mar se colaba entre ellos, buscando las palabras de los que charlaban, el ambiente más relajado y distendido de viejos amigos que hasta entonces no se conocían.

Cuando las antorchas se fueron suavizando los párpados comenzaron a caerse, y  entendió que era tiempo de retirarse.  Fue dejándolos uno a uno en su aposento, deseándoles buenas noches y dándoles la bienvenida de nuevo.

Cuando todo quedó en silencio, y las antorchas ya casi se habían extinguido una sobra visitó las termas buscando el descanso merecido.


Fuente de la imagen Wikipedia wikimedia commons, autor y user: JoseManuel


Comentarios

  1. Ahora sí que lo he flipado, Leonor.

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  2. Yo me sumo a lo que dice Migue. Qué soltura y, sobre todo, cuántas cosas sabes de partes poco conocidas de la época. Me gusta mucho.

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    1. Gracias a ambos, dicen que el saber no ocupa lugar y a mi me encanta saber cada dia un poco mas y compartirlo. un saludo y buen fin de semana.

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  3. Por esta zona hay muchas leyendas de conventos de mujeres templarias. ¿Conoces León y el Bierzo?

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    1. Pues de oídas todo Sebastian y todo bueno pero de visita todavía no pero espero conocer Leon y el Bierzo sobre todo. Lo de las mujeres templarias hay leyendas en mi tierra también. Si alguna vez vamos por Le diremos a Anton que nos invite a comer. :P

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  4. Enamorada del relato y de las templarias, Leonor. Por aquí eso es importante en la cultura oral.

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    1. Me lo creo de donde yo procedo hay también lugares en los que se habla de ellas, muy sutilmente a mi me llaman mucho la atención su historia aunque para algunos este tan olvidado o escondida. un saludo Merit.

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  5. ¿Ya lo he dicho? Quiero saber másXD

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  6. Pues no me suena jajajajaja oido cocina va a la lista de relatos que seguir. un saludo Pedro.

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  7. Es tan real (eso ya lo he comentado arriba) que a veces no se qué es lo que da.

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    1. Espero que de algo bueno. :) que para cosas malas ya hay por ahí fuera.

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  8. Más lo releo, más preguntas me plantea, y eso es bueno, Leonor.

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    1. Sin duda Merit cuanto uno mas se pregunta y pregunta mas sabe y menos ignorante. a si que es buenisimo. un saludo.

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  9. ¿De veras hubo mujeres? Digo que haya algo escrito sobre eso.

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  10. Si las hubo, hubo monjas templarias existe documentación histórica,hasta se sabe de varios monasterios que hubo en las Españas. En la red hay información muy general, si te interesa saber sobre libros y títulos y autores que hablan sobre ello escríbenos un correo y te remitiremos la información. un saludo y buen finde.

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  11. Manejas libros y bibliografías, eso es curioso en ésta época. Me ha fascinado.

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    1. Si las manejo en casa tenemos bastantes libros e información, me he criado entre libros y bibliotecas y sigo fiel a los libros físicos, sin deshechar las nuevas tecnologías. un saludo Fearn.

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  12. Fascinante, Leonor. Yo quiero también saber más XD

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    1. Se nos acumula el trabajo, jajajajaja tenemos un par de historias de las que queréis saber mas. Anotado queda. un saludo Encina.

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  13. Saber más de esa ¿monja? templaria, Leonor

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    1. pues por ahora esta tras la puerta de nuestros relatos por imaginar, esperamos abrirla un dia de estos Alodia. :)

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  14. Interesante hasta resultar provocador de mil preguntas. Enhorabuena.

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    1. Gracias Juan Marcos, eso es lo que interesa que al leer la gente se pregunte. buen finde.

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  15. Bueno a rabiar el relato entero. Me encanta.

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    1. Gracias Juan es todo un honor que nos leas y te guste. buena semana.

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