Ni borracho, ni con mono, ni policía secreta.
Seguro. Un tío con un bajonazo. Con un problema. Perdido en su mundo, mirando
el móvil sin verlo. Con chaqueta, desentonando en el barrio. Un pijo loco,
aunque hay cosas peores. Sacudió la cabeza. Igual uno al que le han dado un
palo en una esquina. Así no sacaba nada en claro. Ni le convencía lo del palo,
le habrían levantado el móvil de fijo y no parecería tan tranquilo como un buda
flaco y desesperado. Se escurrió hasta el balcón pisando con cuidado, los
balcones viejos nunca son de fiar. Silbó hasta que el personaje pareció volver
en sí y alzó la cabeza.
-Hola. ¿Lees coreano?
-¿Cómo dices? –el tipo parpadeó igual que un
intermitente-
-A ver el plan B… ¿Sabes usar una olla de esas que
le pones todo dentro y hace sola la comida? He pillado una, pero sólo está el
folleto coreano.
-Sí, se cómo se usa.
-Genial. ¿Me ayudas?
-Si me abres la puerta…y luego me dices dónde estoy.
Me he perdido del todo.
-Se nota un poco. La puerta no te la puedo abrir,
pero te digo donde tienes que poner los pies para subir, está tirado. Y te
aviso con el balcón, que es lo más cutre.
Ni se lo planteó. Lo hizo. Colgado por algo muy
grave, diagnosticó ella mientras lo veía trepar como un lagarto. Le indicó los
dos puntos peligrosos del balcón y le hizo pasar adentro. El tío miraba,
normal, pero no parecía asombrado. Ni asustado. A ella casi ni la había mirado.
Lo ha plantado la compañera por teléfono, se dijo para sí misma. O eso o lo
buscan por asesinato, se la ha cargado, le ha dado el shock, se ha perdido en
su propia ciudad, tiene amnesia y ya verás que marronazo como yo le recuerde a
ella. Joder.
Seguía tan tranquilo. En la cocina miró bien la olla,
comprobando el cable y el enchufe. Las piezas también.
-Estaba en la basura. No te imaginas lo que la gente
tira sin estrenar. Lo mismo dejar sólo el folleto coreano era el chiste. ¿Cojo
notas? Para enterarme de todo.
-Vale.
-Perdona, tío... ¿Quieres algo de beber, o un peta?
-Querría, si no tuviera que bajar como Spiderman.
Hoy tengo el día gafe, no quiero acabarlo en Urgencias. Gracias.
Un buen montón de notas. Vale, estaba off pero ya no
parecía un asesino. El síndrome de la okupa, decía un colega suyo. Acabas
viendo pelis hasta cuando estás meando, y todas son de terror. Pijo tampoco, o
no mucho. Estudiante. Prudente. Normal. Y hasta estaba bueno. Déjalo, tía.
Tampoco Lecter parecía uno que se va comiendo a la peña. Unos días tirando a
bala feminista y otros me mosqueo porque un menda ni me mira.
-¿Qué has dicho?
-Que el agua, si es un guiso, o el aceite si es otra
cosa, hay que ponerlos siempre primero, abajo, en la cesta.
-Vale. ¿Pasteles también hace?
-También.
-Qué potra.
Al final encontró un plano transporte de los que
coges en los buses, dibujó una ruta y aceptó su número de móvil por lo de la
olla. Lo vio bajar y perderse, menos perdido, tras la esquina oscura de la
farola arrancada.
-Es raro el mundo –se dijo en voz alta- Y no era
Lecter. O ya había cenado.
Feliz Año Nuevo. Nunca habia pensado que se podia escribir a medias.
ResponderEliminarMe ha encantado. Felicidades a los dos.
ResponderEliminarMuchas gracias, Lucas. Y feliz Año, a todo esto.
ResponderEliminarFeliz Año Nuevo, Merit. Hoestamente, yo sí lo había pensado...pero, hasta ahora, no había obtenido resultados buenos al respecto.
ResponderEliminarMola (II)
ResponderEliminarGracias, Alodia. ¿Qué mola? XDD
ResponderEliminarMuy bueno. ¿Es fácil escribir a dos?
ResponderEliminarPara mí no lo es: agradable y retador, si, pero fácil, no. Vale la pena.
EliminarLo de Lecter me ha encantado jjajajajaja
ResponderEliminarXDDD...Le daba un cierto tono inquietante.
EliminarGenial.
ResponderEliminarGracias, sota.
EliminarLo que se dicemucho.
ResponderEliminarMuchas gracias, Presentación.
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