- Esta es la última, pienso pasarme todo el fin de semana escribiendo.
- Si te dejan tus compañeros de piso. Me voy, cierra bien cuando salgas. Buen finde.
Vera oyó la puerta tras su compañero, esta vez era ella la que recogía. Tenia que pasar por la inmobiliaria a dejar las llaves, habían hecho un buen trabajo. Limpieza perfecta.
Dejó la caja en la parte trasera del coche, un hallazgo. Un tintero dorado que quedaría muy bien en su escritorio. No había nadie en el piso, fin de semana. El mundo era suyo. Limpió el tintero y se quedó con lo que estaba grabado en él: "Pídeme un deseo y lo veras escrito"
Después de mucho tiempo escribió a mano: Quiero una casa muy grande y diáfana, para poder escribir, sin compañeros.
Dicho y hecho: el paisaje que se veía por las ventanas cambió, y el interior también. Llamaron a la puerta. Era el nuevo casero Asterión (el minotauro, para los amigos)
- La casa es enorme, diáfana y junto al mar, en lo mas hermoso de Grecia. No te va faltar de nada. Soy Asterión, tu casero. Disfruta y escribe. Y cuidado con perderte en el laberinto.
Ainhoa y Guille.
Para saber más.
https://concursoeltinterodeoro.blogspot.com/2023/09/microrreto-inspiracion.html
Muy buen micro, de todos los micros leídos es el primero que , en este caso la escritora, pide un deseo diferente a escribir una buena novela. Una linda sorpresa, el problema es que ahora quizá nunca salga de allí.
ResponderEliminarSaludos a ambas.
PATRICIA F.
Hola Patricia gracias por tus palabras y es un opción que no encuentre la salida. Un abrazo.
EliminarMuy caprichoso el tintero, al ubicar su piso espacioso en pleno "Laberinto del Minotauro"! Je, je!! Todo muy literario! Genial y muy simpático y entreñable el final! Un abrazote!
ResponderEliminarGracias, Marifelita. Espacioso ya lo creo que es...XD
EliminarMe encanta el micro porque sugiere mucho. También me gusta por lo imaginativo, resultando diferente a todo lo que hasta el momento he leído. Enhorabuena por un relato interesante. Saludos.
ResponderEliminarHola Ana, muchas gracias por tu comentario. La verdad es que las musas se pasaron y debieron traernos aires griegos. Un abrazo.
EliminarMe parece fantástico el relato Ainhoa. Me ha encantado. Besos 😘😘
ResponderEliminarGracias, Margarita HP. Los laberintos siempre dan juego.
EliminarHola Ainhoa.
ResponderEliminarInteresante relato que nos lleva al mundo mitológico. Desde luego, un sueño vivir en un caserón diáfano y junto al mar, en lo mas hermoso de Grecia. Lo de no poder salir del laberinto, se arregla con Glovo. Pero lo de tener de casero al Minotauro, ese sí es un problema. ¿Te imaginas invitándolo a comer? 🤣🤣
Un abrazo.
Hola Marlen pues mira que le has dado solución a todos los problemas lo del minotauro habra que ver por donde le soplan los vientos aliseos. Un abrazo enorme.
Eliminar¡Hola Ainhoa y Gille! Qué importante es la idea que introducís en este micro. Tener un espacio propio para escribir, sin ruido y sin interrupciones. Queda por ver el precio a pagar por la protagonista, aunque se deja intuir por la frase final. Perderse en el laberinto, sin escapatoria posible.
ResponderEliminarMuy buena la inclusión del minotauro como el casero de la casa.
Un saludo.
Igual tiene una orientación perfecta, o no le importa perderse. Muchas gracias, Rocío.
Eliminar¡Hola, Ainhoa y Guille! Fantástico micro en el que mostráis uno de los principales argumentos para procrastinar en la escritura: esperar las circunstancias perfectas para ello. El problema es que podemos pasarnos la vida entera esperando esa soledad, esa confortable casa, ese momento de paz en el que sentarnos en una mesa, con música inspiradora de fondo y un bello paisaje tras la ventana. No, desgraciadamente, tenemos que hacerlo mientras vamos apretujados en el metro.
ResponderEliminarNo obstante, no es malo el destino que el Tintero le ha ofertado, je, je, je... Un abrazo!!!
Hola David pues si, si tuviéramos que escribir solo cuando es el momento ideal la literatura en general no tendría tantas variedad ni quien la escribiera. Acabamos escribiendo en los lugares más insospechados. Gracias por pasarte y comentar un abrazo.
EliminarEn realidad el minotauro es buena persona, nos han hecho creer las malas lenguas que es un mounstruo pero yo creo que es mas bien todo un caballero
ResponderEliminarTotalmente. Muy amable el tal Asterión. Gracias, José.
Eliminarsi esta uno tan bien ¿ para qué salir? Pero estar uno tan bién depende de las circunstancias , no sólo del lugar. Y las visitas? y el editor? y el wifi?
ResponderEliminarAh, y lo de inspirarse con las conversaciones del metro.
aunque se nota que tiene confianza. sólo pide el escritorio, el éxito lo da por asegurado.
a
hay muchos inconvenientes ocultos
Hola Gabiliante cierto que hay mucho que tener en cuenta. Pero las musas y la vida bucólica nos pudo a la hora de escribir el micro. Gracias por leernos. Un abrazo.
EliminarPidió un deseo que queremos todo escritor paz y tranquilidad, aunque consiguió demasiada paz... Buen relato y bastante ingenioso, casi todos tiramos por el texto.
ResponderEliminarGracias por leer y comentar, Arturo.
Eliminar¡Hola! ¡Eh! Yo también quiero esa casa y al lado del mar, a ver el tintero que alguien me pase el tintero que voy a pedir la casa...
ResponderEliminarBuen relato.
Un abrazo. :)
Hola Merche yo creo que ya hay cola para pillarse unos días en la casa otra cosa es que la protagonista nos deje. Un abrazo.
EliminarSalvo por la posibilidad de perderse en el Laberinto, el deseo le ha salido bien.
ResponderEliminarY si se lleva bien con Asterión, tal vez eso sea sea un problema.
Saludos.
Llevarse bien con el casero suele ser buena estrategia, Demiurgo.
EliminarWow, Ainhoa. ¡Qué original!
ResponderEliminarTu personaje no pide un empujón en la escritura, se ve que no le faltan ideas, sino tiempo y espacio.
El vivir dentro de un laberinto tampoco tiene por qué ser un castigo. Mientras no haya vecinos molestos o turistas que formen fiestones en la calle, podrá hacer lo que más le gusta: Escribir.
Solo espero que ese casero, Asterión, sea el de Borges. Más afable y deseoso de compañía.
Muchas gracias por este relato.
Un Abrazo.
Hola José gracias por tu comentario. La verdad es que al dejar la puerta abierta del laberinto quien lo lee puede darle su propia interpretación. En cuanto al Asterión de Borges según me cuentan buscaba la amistad y esperaba las visitas como agua de Mayo. Este relato de Borges lo tengo pendiente por leer, pero mi compañero Guille si lo había leído y el a escrito la mitad de este relato. Un abrazo.
EliminarMuy diferente el relato, está muy bien.
ResponderEliminarGracias por leerlo y comentar, Ánxela
EliminarPues sí que es un acierto pedir un espacio tan maravilloso, Ainhoa y Guille. Con toda seguridad, la inspiración en un lugar así es mucho más creativa. Me temo que el precio a pagar no será barato.
ResponderEliminarUn saludo por duplicado.
El precio nos ahorramos mencionarlo. Así podéis ser divertidos, amables o truculentos al leer. Muchas gracias, Carmen.
EliminarQué maravilloso lugar para inspirarse, Grecia. Eso sí, perderse en el laberinto ya no lo es tanto. Saludos!
ResponderEliminarIgual no se pierde, Mayte. Gracias por leerlo y comentar.
Eliminar¡Hola, Ainhoa y Guille! Gracias por participar en el reto. Estupendo relato con un buen toque mitológico (en concreto la mitología griega, donde se originan las musas). Me gusta mucho la estructura, que comienza con un diálogo y unas pocas líneas que nos meten de lleno en el contexto. Luego está ese hilo conductor que son las casas. Comiza en una, y termina en otra, el laberinto. Y el desenlace sobre la advertencia de no perderse le da el toque de incertidumbre sobre la letra pequeña del tintero mágico.
ResponderEliminarMuy buena historia. Un abrazo.
Yo lo de "donde se originan" las (nueve) musas igual lo daba para pensarlo bien. Pero vamos, para gustos hay colores. Muy amable tu comentario, M.A. Álvarez, y gracias por tu tiempo.
Eliminar¡Menudo casero le ha tocado en suerte a la pobre escritora! Me ha encantado también a mí ese toque mitológico final que cambia el tono del micro. Una historia genial.
ResponderEliminarLa protagonista es desdichada porque comparte casa, fijo que no llega a fin de mes y no tiene reposo para escribir. Eso lo entendemos. Pero Asterión le hace de contrapunto: un drama contra una tragedia. Y ya estoy contando de más sobre estructuras de relato. Muchas gracias, por tu lectura, paciencia y comentario, Marta.
EliminarRelato muy original con esos "toques mitológicos", gran aportación al reto.
ResponderEliminarSaludos.
Muy amable por tu parte leer, y ofrecer un poco de tu tiempo. Gracias.
Eliminar¡Fenomenal! Completamente inesperado.
ResponderEliminarMe encantó la idea del laberinto. ¡Aplausos!
Un abrazo
Hola Volarela gracias por tu comentario la sorpresa en los relatos funciona. :) un abrazo.
EliminarUna casa frente al mar genial, pero si hay un minotaurio ya no mola... Que buen micro, os aplaudo. Un abrazo
ResponderEliminarEl tintero que tiene buenos bienes raíces pero en personal creo que contratan a gente de la zona. Un abrazo Nuria.
Eliminar¡Hola pareja! Qué bueno traer la mitología griega; nada menos que el minotaruo. Ahora no le va a faltar historias que contar y de las buenas. Abrazos
ResponderEliminarHistorias va a tener muchas, cierto es. Gracias por tu tiempo y tu comentario, Emerencia.
EliminarHa empezado la casa por la ventana. Ahora tendrá que mantenerla y quizá no le acompañen las musas para ganarse le vida escribiendo. Y aún no le ha pasado la factura el tintero, aunque se dejan pistas para que también curre la imaginación del lector.
ResponderEliminarBuen relato.
Una acertada reflexión, Macondo. Gracias por tu tiempo y tus palabras.
EliminarMe temo que su deseo, aun habiéndose cumplido en pirmera instancia, la llevará a un mal final. Adivino que se adentró en el laberinto y ya no salió, je, je.
ResponderEliminarBuen aporte al reto.
Un saludo.
Ese fue Teseo, que iba con trampa y a naipe fijo. Existen más opciones. Muchas gracias, Josep.
EliminarHola Ainhoa y Guille. Hay que reconocer que Vera tiene una casa grande grande, tanto que le costará salir de ella, si es que algún día lo consigue. Hay que tener cuidado con lo que se pide, no sea que se haga realidad. Le deseo suerte en eso de escribir, tiempo tendrá. Un abrazo.
ResponderEliminarMe parece curioso que en general l@s compañeros imagináis el Laberinto como una prisión, no como las posibilidades infinitas. Para pensar en la marca que dejó el mito clásico. Muchas gracias, Jorge.
EliminarEl escenario que desea tu protagonista es el propicio para escribir, lo que no lo es tanto son las consecuencias del mismo.
ResponderEliminarAbrazos a los dos
Puri
Muchas gracias por tu tiempo y tus amables palabras, Puri.
EliminarPues ella no tenía problema con la inspiración, lo que quería es una casa grande. Muy irónico Asterion, cuando le dice: Cuidado con perderte en el laberinto.
ResponderEliminarEs posible. Escribimos a dos manos, con dos mentes. El texto queda adecuado, supongo. Cada quien lo ve a su manera. Muchas gracias por tu amable comentario, M. Cristina.
Eliminar¡Buenísimo! El toro de Minos no se anda con chiquitas. Me ha encantado. Grande.
ResponderEliminarHola Tara, muchas gracias por tu comentario cierto que el Minotauro tiene su fama. Buen finde. Un abrazo.
Eliminar¡Ah, pero que bien! El lugar perfecto para escribir, mientras el Minotauro no se la coma a Vera jajaja. Porque todo laberinto en Grecia tiene su Minotauro ¿No? Excelente relato. Besos, Ainhoa y Guille.
ResponderEliminarHola Myriam esperemos que no se la coma y creo que todo laberinto tiene su minotauro hasta en la vida real. Un abrazo enorme.
EliminarOriginal relato con ese excelente e inesperado final. Enhorabuena! Un saludo
EliminarMuy amable por tu tiempo y tus palabras, gracias-
EliminarTienen un toque especial para lo mitologico.
ResponderEliminarLes queda todo perfecto, tanto a ti como a Guille.
Son estrellas de las letras. Besote.
Hola Buholector, nos sacas los colores ya que nos miras con muy buenos ojos. Te damos las gracias. Un abrazote y muchos besitos.
EliminarEl Minotaurio va a lo que va, y si no quieres enfréntate a él o piérdete por su habitáculos. Muy bueno!
ResponderEliminarUn abrazo!
¿A qué va el Minotauro? Eso plantea preguntas en un cuento breve, cuya función (aparte de la obvia) era despertar ecos de leyendas, lecturas, memorias y posibilidades. No tememos lo visto, si no lo imaginado. Muchas gracias por tu tiempo, Pepe.
EliminarYa dicen que hay que tener mucho cuando con lo que se desea, porque a veces se acaba cumpliendo. Menudo desenlace en el laberinto del Minotauro.
ResponderEliminarFantástica aportación al reto, Ainhoa y Guille.
Un par de abrazos.
Gracias, Estrella Pisa. Los presonajes "trágicos" (como el Minotauro) o "perdedores", la versión actual edulcorada de lo mismo, dan muchísimo juego.
EliminarHola, Ainhoa y Guille. Vaya aquí el final es más esperanzador y me alegro. Ahora que, si para ir a la tienda, tiene que cruzar el laberinto que no le pase na.
ResponderEliminarSaludos.
Qué bueno!! Muy original, me ha encantado!! Abrazos para las dos !!
ResponderEliminarMuchas gracias por tu tiempo. Abrazo.
Eliminar¡Qué maravilla de deseo! Seguro que escribe grandes historias, con el mar de fondo y el laberinto cercano que sin duda de evoca buenas historias.
ResponderEliminarSaludos
Hola Jose, sin duda tendrá para escribir temas :) gracias por pasarte. Buen domingo. Un abrazo.
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