Imagen del concurso Entre mitos se escribe el Micro |
Se acababa el grano, o se pudría. Se acababa la comida. Se acababa la leña. Pero aquella noche no les importaba nada. Nunca hubo un invierno tan
largo, decían. Sentada cerca del fuego, los miraba y no daba crédito. Llevaban
dos días con sus noches: esta era la tercera. Comiendo, bebiendo, yaciendo unos
con otros.
Un carro comenzó arder. A nadie parecía importarle, iban a
morir. No habría otra primavera. Casandra se sentía impotente. Se acercó a la
casa donde dormían los más pequeños.
Había hablado cada una de las veces que se habían reunido
para buscar una solución. Pero nadie le hizo caso. Lo había visto en sueños, lo había olido en el viento, hasta los animales lo sabían. Pero aquellos locos, no.
Y entonces la tierra comenzó a vibrar, amanecía y los que dormían
junto a los rescoldos envueltos en pieles pensaron que la muerte venia. A buscarlos.
No era la muerte, eran quienes llaman a la tierra para que
despierte por medio de sus panderos, cencerros y pisadas. Aquel año iban tarde.
Casandra se agachó y apartó un poco la nieve. Allí estaba el primer brote.
Hemos mezclado en esta historia dos mitos, el de Casandra y
el de los Zanpantzar parte de la mitología vasca y de su carnaval. (Aquellos
que despiertan a la tierra)
Ainhoa y Guille
Buena aportación, chicos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola Macondo, muchas gracias que tengas un buen finde.
EliminarLa esperanza de ese primer brote que al final cambia el tono del relato... Me ha encantado el micro, el desencanto inicial y el modo de introducir el mito de Casandra. Estupenda vuestra aportación.
ResponderEliminarGracias, Marta Navarro. Pasar del terror a la esperanza no es fácil, pero queríamos dar ese toque al relato. Y Cassandra apareció justo a tiempo.
EliminarMagnífico micro, Ainhoa. Me ha encantado.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola Estrella muchísimas gracias :)
EliminarNo conocía a los Zanpantzar de la mitología vasca! Donde hay brotes hay esperanza! Fantástica combinación! Un abrazo!
ResponderEliminarHola Marifelita, sin duda donde algo crece siempre hay esperanza. Un abrazo enorme.
EliminarMuy buena aportación y con mitos que no conocía. Un saludo. :)
ResponderEliminarQué bueno poder compartir mitos y aprender de lo que nos contáis los compañeros/as. Gracias.
EliminarHola, Ainhoa y Guille:
ResponderEliminarDesconozco el mito de los Zanpantzar, pero no necesito conocerlo para felicitaros por el firme ritmo narrativo de vuestro relato: frases cortas, descripciones claras y un aire de misterio que va aumentando hasta la conclusión resolutiva.
Un abrazo cálido, compañeros.
Hola Nino gracias por tu comentario. El mito de los zampatzar tiene que ver con los mitos de la madre tierra y el despertar de la misma. Un abrazo.
Eliminar"Pasar del terror a la esperanza, no es fácil" comentó alguna de ustedes más arriba. Me permito seguir: y menos cuando la inconsciencia más absoluta te rodea. Lo bueno es poder reconocer que siempre hay otros que traen el despertar. Me ha gustado muchísimo. Un saludo a las dos
ResponderEliminar"Pasar del terror a la esperanza, no es fácil" comentó alguna de ustedes más arriba. Me permito seguir: y menos cuando la inconsciencia más absoluta te rodea. Lo bueno es poder reconocer que siempre hay otros que traen el despertar. Me ha gustado muchísimo. Un saludo a las dos
ResponderEliminarHola Juana si es cierto que no es fácil a veces ver esa esperanza pero con un poco de paciencia y esperanza todo llega. Un abrazo.
EliminarQuizás me repita, pero por motivos que desconozco, el comentario anterior parece no haber salido. Guille comentó:"Pasar del terror a la esperanza no es fácil"; pero si hay otros de lejanos lugares, de otros mitos, de oros tiempos, entonces siempre es posible el despertar. Espléndida combinación. Un abrazo. (Espero que esta vez no desaparezca el comentario)
ResponderEliminarHola Juana disculpa el tiple comentario, Cuando nos escribís algo lo moderamos antes de publicarlo pq tuvimos ya algunas malas experiencias. Disculpa las molestias y gracias por tu visita y comentarios.
EliminarDos mitos en el mismo relato bien relacionados y en 250 palabras. A mi me costó encajar uno. Ahí.. doble autoria.😜
ResponderEliminarAbrazoss
Fácil no es Gabiliante :P menos mal que somos dos que si fuéramos cuatro a ver como metemos 4 mitos en 250 palabras. :P Un abrazo.
EliminarBuenísimo e interesante relato. Me ha gustado saber del mito de los "Zanpantzar", que desconocía por completo. El micro está muy bien ambientado y narrado. Enhorabuena..
ResponderEliminarGracias, Ana Piera. Por leerlo y comentar.
EliminarNo conozco el mito de Zanpantzar, pero me queda pendiente... Eso sí, Ainhoa y Guille habéis creado un micro espectacular, me gustó mucho. Un abrazo
ResponderEliminarHola Nuria gracias por tu comentario. :) Seguro que aprendes con el mito de los Zanpanzar. Un abrazo y que tengas una buena semana.
EliminarEnhorabuena, Ainhoa y Guille, por la idea y la ejecución de este micro. Me ha gustado la mezcla de los dos: el clásico universal y el de la cultura más próxima. Como curiosidad además, agradezco conocer esa danza de los Zanpantzar del carnaval vasco, que me recuerda a la del carnaval más reconocido y ancestral de Galicia en Verín, Orense.
ResponderEliminarUn abrazo por duplicado.
Gracias, Carmen, por recordarnos el entroido de Verín.
EliminarDesconocía a Zanpantzar, y la unión de los dos mitos te quedó muy bien.
ResponderEliminarUna historia entretenida
Un abrazo Ainhoa
Puri
Hola Puri gracias por leernos y comentar y nos alegramos de que te entretuviera. Buena semana.
EliminarMuy buen relato, pareja, me ha gustado como habéis hilvanado los dos mitos, Casandra y sus dotes premonitorias infalibles y los Zanpantzar (que no conocía en absoluto). Gracias por compartir y mitigar mi ignorancia.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola, Carles. Gracias. Se disfruta mucho más cuando los lectores lo pasan bien.
EliminarPues os ha quedado una mezcla la mar de curiosa.
ResponderEliminarUn abrazo, compañeras.
Gracias Francisco un abrazo para ti también.
EliminarInteresante mezcla. Conocía a Casandra, pero a los Zanpantzar no los había oído nombrar en mi vida y eso que mi marido es del mismo Bilbao, ja, ja. Un hermoso micro.
ResponderEliminarUn beso.
Ya ves, Rosa: a veces se tienen cosas en casa y ni las sabemos. Gracias por leernos y por comentar.
EliminarPedazo de trabajo Guille y Ainhoa, Ainhoa y Guille, mezclar dos leyendas, y una de ellas de las nuestras. Un abrazote, dos
ResponderEliminarHola Emerencia gracias :) la verdad es que es bonito mezclar mitos, leyendas y que salga algo que guste y que quien lee comparta sus pensamientos. Dos abrazos.
EliminarHola, Ainhoa y Guille, del horror del mito de Casandra a la esperanza del Zanpantzar que acabó de descubrir aquí. Estupenda combinación!! Un abrazo para las dos!!
ResponderEliminarHola, Lola. Muchas gracias, es genial que una lectora pase un buen rato y disfrute.
EliminarHola Ainhoa y Guille, quedó un hermoso micro.
ResponderEliminarEl video muy bonito e ilustrativo, me gusta conocer estas tradiciones, cada sitio tiene la suya y a uds les ha inspirado este excelente micro, saludos.
PATRICIA F.
Una interesante función de mitologías.
ResponderEliminarSaludos para los dos.
Gracias y saludos, El Demiurgo de Hurlingham. Qué bien que te parezca interesante!
EliminarPues de esa mezcla ha surgido un coctel estupendo, je, je.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola Josep si seria un coctel fresquito y a la vez explosivo. Un abrazo.
EliminarHola Ainhoa y Guille. Desconocía el mito del Zanpantzar, siempre es agradable aprender tradiciones de una cultura tan rica en ella como la vasca. Winter is coming, como decían en aquella conocida serie, pero la esperanza siempre se abre camino incluso en las mayores adversidades. Un abrazo.
ResponderEliminarEstupenda mezcla. Muy bien. Saludos.
ResponderEliminarGracias por tu tiempo y tu comentario, Kirke Buscapina.
Eliminar¡Hola, Ainhoa y Guille! Casandra es uno de los mitos que más me gustan. Esa condena de ver las desgracias del futuro pero que nadie te haga caso, jo, no creo que pueda existir mayor impotencia. En vuestro estupendo micro lográis darle esperanza con ese mito vasco que desconocía. Estupendo aporte! Un abrazo
ResponderEliminarHola David coincidimos en lo del gusto por el mito de Casandra. Sentir esa impotencia debe ser horroroso. Y nos alegraa que te guste el relato. Un abrazo y buen finde. :)
Eliminar¡Hola! No conocía los mitos que habéis utilizado pero después de enterarme un poquito, me parece acertadísimo como los habéis introducido en la trama. Con un ritmo narrativo contundente que imprimen las frases cortas, directas. Y lo que parecía presagiar un final atrágico parece dejar abierta la puerta a la esperanza. Un placer leeros.
ResponderEliminarSaludos
Habéis mezclado con maestría dos mitos, el clásico y el vasco, y no solo no se estorban sino que se complementan, Un abrazo. Dos.
ResponderEliminarHola Tara cierto que se complementa :) que tengas un buen finde. Un abrazo.
EliminarHola, Me ha encantado este relato por la pericia en mezclar dos mitos que parecen incompatibles, uno de muerte y otro de vida, y me ha gustado que salieran los zanpantzar a despertar la naturaleza y anunciar el carnaval. Mitología de mi tierra.. Precisamente este mes saldrán como todos los años, algo que es digno de ver y, si puedo volveré a verlos. Un abrazo.
ResponderEliminarKaixo Isan, que envidia a mi me gustaría verlos, es algo pendiente que tengo. No se si has visto el carnaval de Alsasua ese también merece la pena verlo una vez en la vida. Gracias por tu comentario y buena semana. :)
EliminarMuy hermoso vuestro micro, Ainhoa y Guille!! Me ha gustado mucho, un abrazo!!
ResponderEliminarGracias a ti por comentarlo, Cristina Rubio.
EliminarUna mezcla muy curiosa de mito griego y tradición vasca, que además le da un final esperanzador. Ese brote ya es una promesa.
ResponderEliminarMuy interesante, excelentemente narrado, y además etnológico, porque la tradición vasca debe de ser antiquísima.
Un abrazo :)
Hola Maite gracias por tu comentario pues creo que las dos mitologias tienen sus añitos. Que tengas un buen finde. Un saludo.
EliminarAinhoa y Guille, nos regalan una muy buena participación con este micro donde la vida cuelga de un hilo pero al final nos deja una brecha de esperanza.
ResponderEliminarSaludos.
Hola Harolina gracias por tu comentario y que no perdamos la esperanza nunca. Un abrazo.
Eliminar¡Hola Ainhoa y Gille! Buen comienzo y mejor final con ese primer brote que anuncia esperanza. El micro mantiene un tono de intriga que hace querer seguir leyendo. Un saludo.
ResponderEliminarHola Rocio nos alegra que te haya gustado. Un abrazo.
EliminarHola, Guille y Ainhoa. Mezclar conceptos contrarios es la base de una buena armonía, en este caso, de una historia armónica y contrapunteada con una palabras precisas y muy bien ordenadas.
ResponderEliminarNo conocía esos mitos, pero me han encantado.
Un abrazo!
Hola... Varias veces en mi profesión he tenido que enfrentar el Síndrome de Casandra y les aseguro que es terrible sabe que te sumerges en el desastre sin que nadie te preste atención. Sin embargo, la verdad, a veces es una oportunidad y te permite prepararte para sobrevivir aun cuando los demás se queden sin provisiones por tontos... En este caso, seguro que Casandra tenia sus sanduchitos de chorizo por ahí guardados en la nevera, para aguantar hasta que aparecieran aquellos primeros brotes... excelente relato.. ¡Saludos!
ResponderEliminarHola Octavio no había escuchado el síndrome de Casandra y he ido a investigarlo. Es curioso como los mitos y las cosas que nos pasan y lo que sufrimos van tan unidos. Gracias por tu aportación. Un abrazo.
Eliminar¡Hola Ainhoa y Gille! Buen comienzo y mejor final con ese primer brote que anuncia esperanza. El micro mantiene el tono un tono de intriga que hace querer seguir leyendo.
ResponderEliminarUn saludo.
Hola Rocio que no perdamos la esperanza y gracias por comentarnos y perdon por la tardanza. Un abrazo.
EliminarHola, Ainhoa y Guille! Magnífico micro. Me gustó mucho como está narrado. Un abrazo
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario y tu tiempo, Mirna. Y nos legra que te haya gustado.
EliminarHola, Ainhoa y Guille, una buena mezcla de mitos la vuestra el de Casandra con la danza del Zanpantzar. Me ha gustado esa sensibilidad narrativa, todos los sentidos entran en acción.
ResponderEliminarHola María Pilar gracias por tu comentario :) y que los sentidos estén actuando es una buena señal. Buen finde y un abrazo.
EliminarEn estos dos mitos, veo cómo la muerte y la vida van unidas por la transformación que las une. Cuando ya se creía todo perdido, surgió un brote con nueva vida. Siempre hay "algo" que salva a la naturaleza para que todo vuelva a nacer.
ResponderEliminarMe gustó conocer... Y encontré precioso el relato en la forma que lo habéis narrado.
Un abrazo!
Hola Mila: que bonita visión de nuestro relato, gracias que tengas una excelente semana.
EliminarHola Ainhoa y Guille
ResponderEliminarEn estos tiempos en que se da tan fácilmente credibilidad a todo lo que aparece en las redes, me gustó recordar el mito de Casandra. Por mucha clarividencia que tuviera, sus palabras sólo tenían una verdadera utilidad si los demás le daban credibilidad.
Además la presencia de los Zanpantzar con sus cencerros y sus pisadas fuertes, despertando a la naturaleza. ¡Me encantó cómo lo habéis unido! ¡Precioso cuento!
Un abrazo fuerte.
Hola Marlen muy cierto lo de las redes y lo que es cierto o no. Nos alegra que te haya gustado el micro. Un abrazo fuerte y buena semana.
EliminarHola, Ainhoa y Guille. Un placer aprender cosas nuevas a través de los relatos. En este caso el mito vasco de Zanpantzar. El texto atrapa desde el principio , anticipa un caos absoluto que al final se convierte en un brote de esperanza. Buen trabajo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola Pedro muchas gracias por tu comentario :) que no falte la esperanza. Un abrazo.
EliminarMuy buena aportación a mitos. Zanpazan y Casandra muy buena convinación. Un abrazo.
ResponderEliminarHola Mamen muchas gracias y buen finde. Un abrazo.
EliminarHola, Ainhoa y Guille. Buena sinergia o simbiosis en el micro que nos contáis. Confió que el brote ese sea por la primavera y no por un volcán que se esté mosqueando.
ResponderEliminarSaludos
Hola JM era un brote de esperanza sin duda, lo del volcán lo dejamos para otro relato. Gracias por tu comentario. Que tengas una excelente semana. Un abrazo.
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