A las nueve Joaquina ya esperaba a su sobrino en la
puerta del edificio. Le resumió la historia por lo bajini mientras iban a comprar
churros, a la vuelta le dio media docena al Rober y le recordó que tuviera los
ojos abiertos, las orejas bien limpias y la boca cerradita.
Subió hasta el piso y llamó a la puerta. Justa le
abrió y le tendió los churros, desayunaron y Joaquina alentó a Jacobo y a
Estela para que se llevaran a Tardóniz a dar una vuelta y de paso preguntaran
por Pilar en los lugares que frecuentaba. Mientras, ella se ofreció a ayudar a
la asistenta a limpiar la casa.
En media hora estaban las dos solas y pudieron
hablar a sus anchas, dejaron la casa limpia en un plis y para entonces ya se
habían intercambiado un par de recetas, dos trucos para las manchas de grasa y
habían cortado un par de mangas y puesto verde a medio bloque.
Justa había estado en casa de los padres de Pilar
desde que ella era muy pequeña y ahora
que le faltaban un par de años para retirarse limpiaba la casa de su niña y la
de Eusebio por tenerlo controlado y para él era un favor que Doña Justa le
hacía, por los años que había estado con ellos mientras estuvieron casados.
Pasaron por la casa de Pilar y allí Joaquina de
primera mano pudo hacerse una idea de cómo era la desaparecida a grandes
rasgos.
Jacobo y
Estela subieron en el coche con Tardóniz
y fueron hacia las afueras, en el camino no paraba de hablar de su historia.
Se habían conocido en la universidad, ella fue la
primera de su familia en asistir a una
pública, los dos estudiaron bellas artes y cuando acabaron se marcharon a
viajar por la ruta 66 y durante un par
de años vagaron por todo el mundo, fue
su aventura y lo que los unió.
A la vuelta decidieron irse a vivir juntos. El padre
de Tardóniz tenía una empresa de artes gráficas y allí comenzaron a trabajar
ambos, ella de relaciones públicas y marketing que se dice ahora. El empezó
desde abajo.
Los padres de Pilar habían hecho lo imposible para
que no estuvieran juntos, le prometieron una galería propia, un montón de
promesas que ella no necesitaba. Habían amenazado a Tardóniz con boicotear la
empresa de su padre. Todo fue inútil, por lo menos durante muchos años.
Aparcaron y bajaron del coche, estaban en un pueblo
pequeño, caminaron hacia una casa de piedra de dos alturas, sobria, en cuya
entrada había un cartel: Namaste, galería de arte y lugar de encuentro
alternativo.
Tardóniz abrió la puerta, y entraron en un patio
pequeño, por su diseño parecía un Jardín Zen, el agua era un murmullo y la poca
gente que había caminaba en soledad y en silencio.
Eusebio esperó hasta que un hombre vestido con ropas
blancas se acercó, hablaron en voz baja, poco después se volvió y pidió a la
pareja que los siguiera.
Subieron las escaleras hasta llegar al segundo piso,
el lugar era diáfano, caminó hacia el fondo y entró en un espacio que estaba
separado por un biombo de bambú.
Regresó con una agenda y volvieron al coche, durante
toda la mañana visitaron un par de galerías, dos centros de terapias
alternativas, y una larga lista de sitios que a Tardóniz parecían no gustarle
demasiado.
Lo que pudieron sacar en claro es que Pilar tenía
además de su negocio un nuevo trabajo, se citaron con Eva, su socia, por si podía
decirles algo más.
Eva les corroboró que Pilar hacia un par de meses
que había comenzado a trabajar para un particular como relaciones publicas y anfitriona de fiestas. La lástima es que no sabía
el nombre de la galería ni donde estaba, posiblemente quien le había ofrecido
el trabajo tenía que ser alguno de los clientes de su negocio.
Se despidieron hasta la hora de la cena. Tardóniz tenía
que pasar por la empresa, y Jacobo y Estela fueron en busca de Doña Joaquina.
Entraron al portal y olía a plato de cuchara, cuando
llamaron a la puerta, se dieron cuenta que el olor salía de la casa de su
vecina, El Rober estaba haciendo de cocinillas
.
.
Cambiaron impresiones y Joaquina les contó lo que le
había dicho doña Justa y qué había visto en casa de Pilar. En conjunto Pilar y Tardóniz
tenían ascuas todavía donde hubo fuego y Pilar cansada de intentar llamar la
atención de su ex posiblemente había iniciado otros caminos tanto en el terreno
personal como laboral. Algo había salido mal y ahora estaba en algún lugar
retenida o estaba escondida escapando de alguien.
Los siguientes días fueron días de trabajo. Jacobo y
Tardóniz investigaron en el registro mercantil y en prensa e internet algo que
pudiera servirles de punto de partida.
Estela y Joaquina además de aprovechar los placeres
de Namaste junto a Eva buscaron entre los clientes quien podría ser quien la
contrató.
De vuelta a
casa Tardóniz miro el buzón. Solo
había una carta sin remite, la abrió y sacó una pequeña tarjeta que le era
familiar. Por detrás, nada.
Se quedó mirando la tarjeta, y sin perder tiempo subió
a su casa como alma que lleva el diablo y se puso a buscar entre sus papeles
del trabajo.
Llamó a la empresa y estuvo hablando durante un
rato, Jacobo se sentó y esperó.
Ya tenían hilo de dónde tirar, esa tarjeta había
salido de su imprenta, se la había encargado una amistad de Pilar que pidió un
descuento por ser amigo de la casa.
Tenían un nombre y una cuenta de un banco andorrano,
se sentaron y se tomaron una cerveza, Jacobo se estaba viendo la película,
todavía no llegaban enteros al año que venía.
Llegaron Estela y Joaquina con el mismo nombre, a
Eva no se lo había contado, pero a Justa si y en su agenda habían encontrado la
misma tarjeta y fechas de trabajo y citas con su jefe muy a menudo.
Joaquina se fue para casa y Estela y Jacobo se
quedaron con Tardóniz.
-¿Hay
algún sitio donde lo pasarais bien, vuestro lugar donde escaparos? – le
pregunto Estela.
- Sí,
hay un pequeño hostal al que solíamos ir, perdido de la mano de dios, ahora
creo que es una casa rural….
- Puede
que esté allí… es una posibilidad.
Llamaron a Joaquina, pasaron por casa, y emprendieron camino hacia
la aventura. Joaquina llamó a su sobrino avisándole de a dónde se dirigían.
La casa estaba a oscuras y cerrada, Tardóniz no les
dio tiempo a reaccionar: llamó a la puerta y salió un maromo spray en mano
dejando en el suelo al pobre desgraciado.
Jacobo embistió mientras Estela fue hacia la
chimenea y Joaquina se había hecho con el spray, el atacante gritaba que le
habían roto el puño.
Joaquina lo amenazó con el spray, pidiéndole el
paradero de Pilar, mientras éste se quejaba de que lo habían atacado en plena
noche.
Todos le tenían ganas, al final Jacobo se acercó y
lo zarandeó hasta que Rober entró con dos colegas y se llevaron al menda.
Pilar estaba encerrada en el piso superior, en una
de las habitaciones, cuando abrieron la puerta estuvo a punto de dejarle el
otro ojo morado a Tardoniz, se había escondido detrás con una pala de horno que estaba en la pared
como decoración.
Manolo el dueño de la casa rural, salió bailando el
Ave María de Bisbal, cuando lo sacaron de la bodega, por lo menos alguien
cantaba….
Estela se llevó a Jacobo y a Tardóniz a urgencias.
Después de las visitas al cuartel y demás menesteres, se relajaron en la casa
rural.
Pilar todavía un poco abochornada les contó lo que
había ocurrido que era más o menos lo que ellos se habían imaginado.
El caballero en cuestión se había hecho ver varias
veces en el Namaste, se había interesado en los cursos que impartían, había
entablado amistad con ella, muy discretamente y de manera inteligente.
Como un dulce no amarga a nadie, Pilar disfrutó con
la amistad y con sus atenciones, y poco a poco él le fue hablando de sus
negocios, de sus fiestas y recepciones.
Necesitaba a alguien de su cultura, de su conocimiento,
artista como ella para que fuera
relaciones públicas y anfitriona de varias fiestas que pensaba dar.
Le dio tres semanas para que se lo pensara, el salía
del país por asuntos de negocios y esperaba su respuesta a su vuelta.
Le dio el sí, y se divirtió en aquellas fiestas
clandestinas, se hacían un par de ellas al mes, en lugares de lo más dispares y
remotos.
Recibía las instrucciones dos días antes, visitaba el lugar con tiempo y se
familiarizaba con él, y con todo lo que tuviera que ver con la organización. Siempre encontraba su
indumentaria, un ramo de rosas y todo lo
necesario para su papel de anfitriona. Desde
el comienzo Ángela había sido su asistente y nada se escapaba a su control.
Los invitados traían la famosa tarjeta que habían
creado en la empresa de Tardóniz, solían ser parejas la mayoría y en minoría hombres
y mujeres en solitario.
Ella los recibía y mostraba la colección que
adornaba la recepción, daba conversación y ocupaba de que no faltara nada en ningún
momento.
Había camareros que distribuían bebidas y comida y
auxiliares de sala que amenizaban las
conversaciones impidiendo que la fiesta decayera.
Hacia la media noche la velada se daba por terminada, y los invitados
abandonaban el lugar.
Ángela la despedía y se ocupaba de todo lo demás. Solía
retirarse satisfecha del trabajo hecho y de camino a casa, Carlos la llamaba y
le preguntaba por cómo había ido la reunión .
Hacia la tercera fiesta, ya más tranquila, comenzó a
ver cosas que hasta entonces no había percibido. Había conseguido que Carlos expusiera
alguno de sus cuadros y estaba entusiasmada.
En su charla intento conocer a la gente por si
surgía alguna oportunidad. Pero se fue dando cuenta del trasiego de alguna de
las personas hacia el baño, más de lo normal, y las conversaciones que en
principio eran superficiales se volvían demasiado erráticas y extrañas.
Ángela la llamaba pidiendo su presencia en
conversaciones y grupos diferentes por lo que no le daba tiempo a ver nada más.
Hasta que una de las noches una de las parejas que parecían
estar fuera de lugar ya cuando la fiesta tocaba a su fin le preguntaron si ella
no los acompañaría a la siguiente velada.
Una de las auxiliares los entretuvo y ella miró a Ángela
que se acercó, quitó hierro al asunto, siempre hay alguien del vulgo que no
sabe de qué habla.
Desde entonces comenzó a no sentirse demasiado a
gusto, a ver más cosas que no le gustaron. Dinero de mano en mano, mucho
flirteo y confianza entre gente que aparentemente no se conocía.
En la cuarta reunión una pareja mostro interés por
uno de sus cuadros, algo que le lleno de
satisfacción, hasta pensaban hacerle un encargo más personal. Un retrato más
naturista de ambos dos como sus madres los trajeron al mundo y si ella quería unirse,
sería bienvenida, había sitio para todos.
Bromeó diciendo que ella solo podía estar en un
sitio en cada ocasión, y prefería pintar. Por primera vez se ausentó y encendió un cigarro, había dejado de fumar
cuando lo dejó con Tardóniz, pero pensó que nunca era tarde para volver.
Cuando acabó la fiesta no sentía curiosidad por la
velada posterior, solo quería llegar a casa y olvidarse de todo aquello. Carlos
la llamo pero habló muy poco con él.
Los días siguientes lo evitó todo lo que le fue
posible, hasta que coincidieron en un restaurante y no pudo negarse a comer con
él. Debió enterarse de lo ocurrido, ya
que durante toda la comida no hizo más que disculparse.
-No
voy a seguir siendo tu anfitriona, deberías
buscarte otra persona, Ángela seguro que sería la idónea para el trabajo – le espetó.
-No
puedes dejarme en la estacada, el puente de la constitución y nochevieja… además
Ángela no te llega a la suela de zapato….
Fuente de la imagen Propia, bajo la misma licencia que el Blog.
Si quieres leer la cuarta parte, pincha aquí.
Genial genial genial.
ResponderEliminargracias, gracias, gracias :)
EliminarEl relato, además de presentar la historia de los personajes, sigue adentrándose en una acción en la que el lector se deja guiar por la pluma que la desgrana. Seguirá la narración, ¿no?
ResponderEliminarUn saludo
Gracias Carmen después de tu elocuente comentario has sembrado la duda :) tendremos que pensarlo y ver que mas puede pasar. un abrazo.
EliminarMe encanta. Y tiene gancho.
ResponderEliminargracias Sota :) eso es lo que queriamos que la gente lo quiera leer y dsfrute. :)
EliminarVoto como Carmen. Es genial.
ResponderEliminargracias Sebastian :) esta quedando muy bien.
EliminarMe gusta muchisimo. Lo paso genial. Gracias.
ResponderEliminargracias a ti por leernos Presentación y tus comentarios.
EliminarTambién soy del club de fans,
ResponderEliminarPues a este paso va ser un club de fans multitudinario, un saludo Juan Marcos.
EliminarFan, fan de poster.
ResponderEliminar:) Lucas feliz año nuevo, un placer leerte.
EliminarQueremos un poster XD
ResponderEliminar¿Como lo que poníamos de adolescentes en la habitación?
EliminarFan de poster no:quiero un autógrafo jajjajjajaaj.
ResponderEliminaral final vais a querer la serie y la peli también. jajajaajajajaja. buen finde Pedro.
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