Recuerdo la calle
que baja empedrada, en primavera mojada y en otoño también. Paraguas como
champiñones que caminan entre las puertas de negocios abiertos en las partes
bajas de casas solariegas de piedra y hiedra.
Portales de
palacios hospitalarios, más en primavera y verano, que esconden los aromas y
los secretos de Santa Iliana del mar que, según dicen, ni es Santa ni es llana
ni tiene mar.
Llana no es, lo
puedo yo jurar, y si no, lo juren las
novias e invitadas que se casan todo el año en su colegiata que tienen espíritu
de funambulistas y caminan por el empedrado sobre tacones de vértigo.
Santa es la
patrona, la villa tiene un halo de sueño pagano, de antiguo y de dormido que se
niega a despertar. A deshacerse de su encantamiento de siglos que te atrapa en
cada rincón, sobre todo en noches de otoño en las que crees estar en una ciudad
medieval.
Baja la calle entre
tiendas y tascas y a la izquierda el agua corre hasta detenerse un momento en
un abrevadero que ha perdido su cometido. Ahora abreva la curiosidad de la gente y
la sed de los curiosos.
Allí está cual
reina en su trono, quieta, resplandeciente, invitando a que quien la visite
descubra sus secretos y encuentre lo que busca: La paz, el sosiego si se es
peregrino o devoto, y si se es curioso erudito, sus bellezas y tesoros.
La entrada está
escondida hacia el oeste, en un callejón pequeño y discreto que de seguro conoció
mejores tiempos. Cuando uno se acerca y mira ve de más cerca el paso de los
siglos en las piedras y las humedades, que son dueñas y señoras la mayoría del
año.
La colegiata, cuando
la vimos estaba en obras, y si uno lo piensa posiblemente nunca deja de estarlo
ya que como se dice una catedral nunca se acaba. Lo mismo vale para una
colegiata.
La santa descansa
en su lecho eterno, entre piedras y velas, al estilo de la bella durmiente, pero sin Disney.
El claustro es un jardín olvidado lleno de hiedras y verdes oscuros que parece
esconder un paraje olvidado.
A Santa Juliana se
la representa en ocasiones junto a un dragón que es el diablo y ahora pienso yo que posiblemente
esté entre las hiedras del claustro guardando a la santa y a los que reposan en
las esquinas.
Nada falta: las
historias de los capiteles son buena biblioteca sin libros, y el mapa del
tesoro los escudos y marcas, algunos
toscos, que dejaron los que vivieron allí hace más de un milenio.
Por último acabaré esta
pequeña visita con un apunte: ya
expliqué lo de santa y llana, pero no es cierto que Santillana no tenga mar. El
municipio posee una pequeña salida, la playa de Santa Justa.
Fuente Imágenes:
Propias misma licencia que el Blog.
La entrada número 100...eso merece celebrarse XD
ResponderEliminarYa te digo por lo menos que sean 900 mas :)
ResponderEliminarFelicidades por las 100. Muy buena entrada viajera, Leonor.
ResponderEliminarGracias Ana espero que sean muchas mas y que vosotr@s las disfruteis. un abrazo.
EliminarEstuve una vez en Santillana y viajé en el tiempo durante un día entero. La verdad es que está maravillosamente bien conservado, lo cual no es habitual en este país. El ambiente era fenomenal porque había muchos turistas. Imperdonable: no entrar en la colegiata. De ella tengo un mal recuerdo: una voz enlatada de un cassette explicaba el claustro. Un horror.
ResponderEliminarUn beso
Yo he pasado muchos periodos vacacionales allí y nunca me caso de perderme en sus calles y descubrir algún lugar nuevo. La ultima visita la hice con Thorongil y estuvimos en la colegiata, no había voz metálica explicando el claustro pero si que habia un guardián del calabozo que vigilaba el lugar y parecía querer meter prisa para que la gente circulara, la cuestión es que no había mucho turista el día era gris y llovía. A nosotros también se nos quedo un ligero amargor por lo demás con ganas de volver. un abrazo y gracias.
EliminarEs magica, Santillana. Precioso el post.
ResponderEliminarLo es y dan ganas de volver. Gracias Presentacion :) es mi estreno en temas de viajes.
ResponderEliminarMe encanta. Buen estreno.
ResponderEliminarGracias Andres espero que si ya habéis ido lo disfrutarais y si no que lo disfrutéis cuando vayáis merece la pena viajar, a un lugar como ese o a donde se quiera. un abrazo y buen viaje :)
EliminarFelices 100 entradas, que sean diez mil más, enhorabuena, ánimo.
ResponderEliminarGracias Fearn Fall eso esperamos y que vosotros lo veáis y disfrutéis. un abrazo y gracias por estar por aquí. buen finde.
EliminarQue haya muchas entradas más: enhorabuena a los dos.
ResponderEliminarGracias eso esperamos y que vosotros las disfruteis. :)
EliminarMucha magia.
ResponderEliminary muchas historias que vivir y contar.
EliminarEnhorabuena por el centenar de entradas; el millar está a la vuelta de la esquina.
ResponderEliminarGracias Gabriel :P vamos camino de las doscientas. un abrazo.
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