Nunca había estado tan ilusionado, ni tan siquiera de niño con los reyes magos. Había sido un año desastroso en todos los sentidos. Estaba deseando que llegara su cumpleaños. Viernes, y todo el fin de semana por delante. Lo felicitarían, se recalentaría el móvil y después de salir del trabajo seguro que se irían de marcha. Igual que caería algún regalito.
Con esa idea se fue a dormir, inusualmente relajado. Sonó el despertador y se duchó, se afeitó, se vistió, sin dejar de cantar. Hasta se permitió canela en el café.
Pilló el metro a la hora de costumbre. La misma gente, los saludos, las apreturas, pero no le importó. Estaba soñando con que llegara media mañana y la mini-fiesta. Lo raro era que nadie le había dicho nada todavía por el móvil, ni los de la bici que solían ser los mas madrugadores en todo.
Le pareció raro que ni en el calendario de pared ni en el virtual estuviera el post de su cumple. Ni tenía globitos en su ordenador. ¿Era una broma? Había participado en todos los cumpleaños, incluso en el de la Jefa. Hasta le medio insinuó algo a Olga, su compañera, que aquel día estaba ocupadísima.
- Oye, ¿ sabes que día es hoy?
- No.
- El día que yo nací
- ¿Y? como si eso se celebrara.
Menuda broma le estaban gastando. Pero todo el mundo en general, ni su familia, ni sus amigos se habían dignado decir nada. La psicóloga le había ayudado a vencer la timidez, así que cuando faltaba un cuarto de hora para el mediodía, se puso en pie con los brazos en jarras y gritó:
- Ya os vale, es mi cumpleaños!!!!
Varias decenas de ojos lo miraban desde distintas alturas como si hubiera perdido el juicio mientras seguían trabajando.
Algo no cuadraba. Se marchó al baño con casi un ataque de ansiedad. Se mojó la cara, se miró en el espejo, algo no cuadraba. ¿Estaría soñando? Se pellizcó, si era un sueño era muy real. ¿Se estaba volviendo loco?.
Hay cosas que es mejor no leer por la noche. Como la que tenia en la mesilla, de aquel tipo que se acostó siendo un hombre y se levantó siendo una cucaracha. Al menos él no era una cucaracha, pero se estaba quedando sin cumpleaños, lo único que le había apetecido.
Tuvo una idea. Volvió a su puesto de trabajo y en el ordenador buscó efemérides. No había ningún cumpleaños. De nadie. Solo encontró obituarios. Empezaron a sudarle los dedos. Tecleo, cumpleaños. Palabra no encontrada.
Algo no cuadraba. Pasaron las doce. Al menos estaban los santos del día. Tomás Becket, uno de los personajes favoritos de su madre que era profesora de historia. Así se llamó Tomás.
Probó por segunda vez.
- Hoy es mi santo ¿Hacen luego unas cañas?
Los compañeros se fueron acercando y felicitándolo por su santo y los mas cercanos y cariñosos le dieron un abrazo, y se sintió mejor.
Puso en su estado "Hoy es mi santo" , y el móvil comenzó a echar humo. Había logrado salvar el problema de los cumpleaños, quizá al día siguiente todo volvería a la normalidad. Pasó la mañana en un suspiro y llegó la bendita salida.
Unas cañas, unas tapas, y él tenía antojo de tortilla de patatas. Se acercó a la barra e inocentemente pidió un pincho de tortilla de patata con cebolla. Ahí se acabo todo. No existía ni con cebolla ni sin ella, ni el pincho ni la tortilla de patata.
Se llevó a los más cercanos a casa y reescribió la historia: invento la tortilla de patata con cebolla.
Ainhoa y Guille
Para saber más
Jajajaja, menudo susto al no tener ni una sola felicitación. Al menos inventó la tortilla de patatas. Genial. Un abrazo
ResponderEliminarCON cebolla...XDDDD
EliminarHola, Ainhoa y Guille. Eso sí que no, un mundo sin cumpleaños ni tortillas de patatas es inabmisible, ja, ja, ja.
ResponderEliminarEstupenda situación Kafkiana, simpática y muy lograda. Muchas gracias por participar, mucha suerte y un abrazo
Gracias, Pepe. El asunto era que la realidad se quebrara. Vale la tortilla...(¿Con o sin?)
Eliminar¡Vaya! Pobre hombre. Ni cumpleaños ni tortilla, jeje. Pero si le sirvió para adjudicarse la receta al final no le salió tan mal el día... Una historia muy original que traslada muy bien la decepción y el desconcierto de su protagonista. Muy buen relato.
ResponderEliminarHola Marta, muchas gracias pues si al final le salió medio bien. Un abrazo y buen finde.
EliminarCreo que me aterroriza más que no haya tortilla de patatas a no poder celebrar mi cumpleaños... 🤣
ResponderEliminarPobre hombre: encima sólo había obituarios; menudo mal rollo. Parece un mundo muy triste, ¿no? Fíjate que a veces se necesita poco (no hay monstruos ni nada en tu historia) para hacernos sentir con mucho miedo.
Saludos cordiales.
Gracias, Mercedes. No, no hay monstruos. ¿O sí los hay?
EliminarMuy bueno, pequeño relato pero con sentimiento y decisión ....Besos de Isabel d Granada 👏👏
ResponderEliminarHola Isabel muchas gracias por tu comentario un abrazo enorme. :)
EliminarHola Ainhoa y Guille. A decir verdad, a partir de cierta edad tampoco es un problema que no se celebren los cumpleaños en esa realidad surrealista a la que despertó Tomás. Pero, ¡que no exista la tortilla de patatas! ¿que será lo próximo, que desaparezca la cerveza? menos mal que al final solo era una historia, y el buen juicio del autor enmendó el desaguisado. Un abrazo.
ResponderEliminarHola Jorge la verdad es que Kafka ha despertado historia muy curiosas. Si al final parece que lo arreglo Tomás lo pudo arreglar. Un abrazo y buen finde.
EliminarNo puedo imaginarme que sería una vida sin celebrar los cumpleaños! Sería muy extraño verdad? Pero lo que no podría concebir ni en mil vidas es una existencia sin tortilla de patatas! Ja, ja! Sencillamente imposible! Menos mal que es fantasía! Je, je! Un abrazote Ainhoa y mucha suerte en el concurso!
ResponderEliminarLa verdad es que seria para pensarlo que seria un mundo sin cumples aunque imagino que celebrariamos otras cosas. Ya que nos encanta festejar. Un abrazo para ti Marifelita y suerte.
EliminarJa, ja, ja. Un invento fenomenal. Aquí una del equipo Tortilla de Patatas CON Cebolla 😅
ResponderEliminarGracias, de la Flor Ruiz. CON cebolla, forever XDDD
EliminarEsto sí que es encontrarse en una realidad diferente! Seguramente habrá que temer que internet de tanto en tanto nos haga desaparecer palabras como "cumpleaños", pero lo peor es lalo de la tortilla de patatas y cebolla,¡eso es estar al borde del abismo! Nos salva nuestra reiterada capacidad de inventar. Buenísmo, buenísimo. Un gran abrazo
ResponderEliminarHola Juana sin duda nuestra inventiva nos salva y nos salvara como dices de muchas. Un abrazo y buen finde.
EliminarQue triste que no lo saludaran por su cumpleaños porque no existía esa palabra, por lo menos lo hicieron por su santo, pero que no exista tortilla de papas y cebolla, eso sí que es más triste aún.
ResponderEliminarMuy buena historia.
Un abrazo.
PATRICIA F.
Hola Patricia, la cosa no mejoraba al principio ni cumple ni tortilla. Gracias y buen finde. Un abrazo.
EliminarSin duda eso de que ya no existan los cumples es bastante fuerte pero que no haya tortilla de patata con cebolla, eso sí es inadmisible jajaja. Muy buen relato, me gustó y ahora ya me antojaste la tortilla de patata. Saludos.
ResponderEliminarAna Piera, creo que a más de un@ se nos quedó cara de tortilla rica con cebolla...XD
EliminarHola, Ainhoa y Guille.
ResponderEliminar¡¡Nnnooo!! Un mundo sin CUMPLEAÑOS ni tortillas de patatas. Es inhabitable. 🤣😂🤣😂
Muy divertido aunque... ¿qué otras cosas podemos perder?
Te deja pensando angustiada.
Un abrazo.
Marlen
Kaixo Marlen, pues si la verdad es que queda la duda de que más se puede perder. Pero también podemos pensar que podemos reinventar y mejorar. Un abrazo y muxus y buen finde.
EliminarPues fuera de España, viven sin... o sea, sobreviven, quería decir, sin tortilla de patatas.
ResponderEliminarY en algunos sitios también sin Reyes Magos.
Un mundo manifiestamente mejorable.
El mundo del protagonista se derrumba al tiempo que zvanza el díay se vuelve casi peor qie con cucarachas.
Mantenéis perfectamente la tensión y no se ve salida porque estamos indicados a buscar el bichos.
Abrazoo y suerte
Hola Gabiliante. Un comentario muy perspicaz. Si es cierto que hay en países que ni tortilla, ni reyes, ni na. Y si la verdad es que vamos buscando los bichitos como las migas como Pulgarcito pero como luego aprendió a buscar las piedras así parece que Tomás supo salir mas o menos airoso. Buen finde, suerte en el concurso y un abrazo.
EliminarHola, Ainhoa y Guille. Un estupendo relato que esconde, a mi entender, una crítica sobre las relaciones personales de hoy día. Nadie tiene en cuenta el cumpleaños o el santo, salvo que lo anuncies en el móvil o en las redes. Demasiada información por segundo puede llevar a la amnesia de cosas como el cumpleaños o la tortilla de patatas, con o sin, ja, ja, ja... A mí me gustan de las dos formas. Un abrazo!
ResponderEliminarGracias, David. Cierto, bajo lo cómico había una punta crítica. Yo de cebolla, pero vamos, que me la como de lo que se tercie XDDD
EliminarUna historia divertida y con colofón final: uno de los mejores inventos de la humanidad. Suerte! Saludos!
ResponderEliminarlady_p
Muchas gracias, Sibila. Y un invento BBB XDDDD
EliminarHola. Un relato muy divertido. Suerte que el protagonista supo sacarle provecho a ese nuevo mundo.
ResponderEliminarSuerte en el concurso. Un saludo.
Hola Cynthia si la verdad es que le supo sacar partido y de la mejor manera. Suerte para ti también. Un abrazo.
EliminarUn mundo donde no haya tortilla con papata (y cebolla),a l menos en España, no es un mundo real. Si no se cumple, pues vaaaale, no cumplimos, total solo es un número, con arrugas o sin ellas, peeero sin tortilla de patatas ya os vale perversas Ainhoa y Guille.
ResponderEliminarMuuuuy perversos somos los dos...XDDDD Gracias, Tara.
EliminarHola, Ainhoa y Guille. Pues vaya porquería de mundo este en el que nace nuestro protagonista. Ni Cumpleaños y tortilla de patatas. Como falte también el Tintero de Oro me mudo de realidad, je, je, je.
ResponderEliminarBueno, al menos se va a hacer famoso como creador de la tortilla. Un bue final para un día que empieza con mal pie.
Os deseo lo mejor en el concurso. Un abrazo.
Hola Bruno, si la verdad es que el mundo este había quedado un poco descolorido. En esta ocasión lo que mal empezó acabó mejor. Un abrazo y gracias por los buenos deseos.
EliminarHola, Ainhoa y Guille. Me sumo a los que preferirían tirarse de un décimo piso a vivir en un mundo sin cumpleaños y sin tortilla de patatas. Bueno, lo de los cumpleaños podría pasar, pero lo de la tortilla... Al menos saca provecho del asunto apuntándose la invención de nuestro plato más típico. Muy original vuestro relato, me ha gustado mucho. Un abrazo y suerte.
ResponderEliminarGracias, Enrique. Sin tortilla, jamás...XDDD Ese BBB que de tantos aprietos nos saca...
EliminarHola Ainhoa, que nadie te felicite es triste , pero la tortilla siempre con cebolla je je jej
ResponderEliminarUn abrazo
Puri
Hola Puri, si es bonito recibir felicitaciones. Y si la tortilla con cebolla esta muy rica. Un abrazo.
EliminarAngustioso: Despertarse en una realidad en donde faltan cosas y ser el unico conciente de esos cambios, ahora bien que la nocion de cumpleaños haya desaparecido por completo es de verdad un detonante de que algo realmente va mal ... es para volverse completamente loco. ¿Por que ocurre todo esto? nunca lo sabremos, pero de que ocurre .... ocurre.
ResponderEliminarGracias, Jose. La verdad es que parecía cómico, pero esa angustia de lo inexplicable...Sí, ocurre.
EliminarHola!! Vuestro relato me ha atrapado totalmente y me encantó la sorpresa del final. No paran de ocurrirle cosas extrañas al protagonista en un mundo que parece haber olvidado muchas cosas, incluida la tortilla de patata “con cebolla ni sin ella”. Me ha gustado mucho, es muy original. Suerte en el Tintero y un abrazo!!
ResponderEliminarOs vuelvo a escribir para deciros que vuestro vídeo sobre Franz Kafka y su obra, está genial y por eso lo he incluido en una reseña que he escrito en mi nuevo blog que espero que visitéis. Aquí os dejo el link: https://alianzara.com/2024/06/20/la-metamorfosis-una-monstruosa-vida/ Os agradecería mucho si leeis mi reseña y me dejáis un comentario. Un abrazo!!
EliminarUn gran trabajo el tuyo en tu blog. Y gracias por citarnos. Te he contestado, pero imagino que no es algo automático. O que no tener WordPress lo complica bastante. Mucha suerte para tí, un abrazo.
EliminarMe ha recordado un poco el sabor de aquella serie de la "dimensión desconocida" en la que el protagonista siempre se despertaba en una realidad con alguna variante. Muy original tu enfoque, entretiene mucho
ResponderEliminarHola Lucy creo que esa serie la he visto yo también. Muchas gracias por tu comentario. Un abrazo y buen finde.
EliminarCurioso e impactante relato, Ainhoa i Guille.
ResponderEliminarA veces buscamos el surrealismo en las tramas más extrañas y olvidamos que, en medio de nuestra cotidianidad podemos encontrar las situaciones más esperpénticas. Imaginar un mundo sin cumpleaños y sin tortilla de patatas es como poner el mundo del revés. Enhorabuena por vuestro ingenio.
Mucha suerte en el concurso.
Un fuerte abrazo.
Hola Estrella muchas gracias por tu comentario y es cierto que en ocasiones en el cotidiano encontramos las aventuras mas locas. Un abrazo y buena semana.
Eliminar¡Muy bueno y original! Me habéis sacado una sonrisa. El tipo sabe hacer de tripas corazón. Es una idea muy curiosa, me recuerda a la de los universos paralelos, idénticos en todo menos en algún detalle... Una contribución dirente y simpática al reto :)
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias, Maite-volarela. Nos alegra que te parezca simpático, el tema sugería historias bastante más oscuras. Un abrazo.
EliminarHola, Ainhoa y Guille. Una situación muy kafkiana, qué tremendo que nadie festeje tu cumpleaños y encima no hay tortilla de papas! Muy bueno
ResponderEliminarHola Mirna, muchas gracias por tu comentario. Un abrazo.
Eliminar¡Hola Ainhoa y Gille! No sé qué susto es mayor, si descubrir que los cumpleaños no existen o que la tortilla de patatas no se ha inventado. Una historia muy imaginativa y muy bien narrada. Un saludo.
ResponderEliminarHola Rocío gracias por tu comentario y si los dos sustos durarían un rato largo. Un abrazo y buen verano.
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