Historias desde un bajo Despistes

Hoy hace bueno, hemos puesto la lavadora y mientras la tendía en la habitación sur  he tenido una visita. Primero mira, de refilón después se acerca a la ventana abierta  abre los ojos mucho y me mira.

- ¿Dónde esta Paca hace días que no la he visto esta enferma?

No puedo darle mas referencias ya que no se mucho de la gente que aquí vivía. Soy amable y hablo durante un rato con ella después se despide y con su andador va acera abajo a comprar el pan.

Así durante una semana en la que voy sacándole información y hablamos, cuando se cumple una semana viene acompañada por un hombre se vuelve a parar y me presenta a su hijo Javier.

Conversamos educadamente hasta que vuelven a bajar la calle, un rato después vuelve a pasar el solo y me cuenta.

Amparo tiene noventa y seis primaveras muy bien llevadas, al parecer la señora que vivía aquí era amiga del barrio de toda la vida, falleció hace un par de años, y ya no se acuerda o no quiere. Los médicos dicen que tiene algo de Alzheimer. Ella en sus conversaciones me dice que prefiere recordar poco.

La enfermedad del olvido la llaman, ahora cada mañana yo soy el faro de amparo en esas tempestades de la memoria me sonríe me llama Juana pero cuando veo sus ojos detrás de su mascara se que se siente segura. 

Dedicado a todas esas personas familias cuidador@s y profesionales que lidian cada día con estas enfermedades. Sois faros en la tempestad salvavidas de almas que andan a la deriva. Gracias. 

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