El inframundo de París.

 



No importa que sea una historia larga. A finales del siglo XVIII empezaron a vaciarse los cementerios de París porque eran insalubres, algunos habían estado mil años en activo, era la Época de las Luces y ya no cabía nadie más. De noche y en carretas. Claro que no fueron muy lejos. Tan solo debajo. 

Luego llegó el siglo XX. La Resistencia. Los alemanes. Nadie descubrió nada, volvió a ponerse en uso con otros objetivos. Y luego ya no eran muy pocos los que sabían por dónde, cómo y qué. Eran bastantes más.

Más tarde se seguía sabiendo. Los tiempos eran otros. Por supuesto, ahora (o hace poco) se puede visitar esa diminuta parte bien alumbrada, segura, a cambio de un boleto turístico. La que sale en fotos y vídeos, muros de huesos bien ordenados, placas que indican bajo que calle estás como si eso fuera un bote salvavidas del Titanic y tu un pasajero de primera clase. También te advierten de que si te trincan entrando por donde no se debe la multa es guapa. Claro.

Lo que llaman tribus urbanas, gente rara, o como prefiráis, llevan décadas considerándose "amantes de las catacumbas". Entraban y entran a través del metro, de bocas de alcantarillas, de lugares que cuesta imaginar. Atesoran la memoria de otros cuyas razones fueron distintas. No los planos, o no en primer lugar. Los croquis. Las cancioncillas mnemotécnicas. Los hilos de Ariadna. 

Se les acusa de haber hecho pintadas. O arte, eso siempre es según quien lo dice. De haber organizado fiestas. Conciertos. Verdad es que algunos han pagado  con la vida: un mal resbalón, una inundación repentina, una sobredosis, perderse y morir de sed. Deportes de riesgo, en otro contexto. Problemas de drogadicción, en otro contexto. Patinas y te rompes la crisma, en cualquier contexto.

Los amantes de las catacumbas, que poco daño causan a los muertos aparte de hacerles compañía. Cada vez estoy más harto de que me intenten vender seguridad y buenas maneras. Las buenas maneras ya las tengo, y la seguridad jamás ha existido. Y ya.



Comentarios

  1. El inframundo y sus contemporáneos habitantes. En Barna pasa igual, donde hay túneles laberinticos sean del metro o de alcantarillado hay grafitis, signo inequívoco del submundo habitado.

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  2. Gracias por leer y dejar tu comentario, Baruk.

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  3. Que buena entrada, muy interesante y coincido con tu forma de pensar.

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    1. Gracias, buhoevanescente. En realidad no es una entrada muy alegre, pero era lo que hoy sentía.

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  4. Pues sabes qué, que estoy totalmente de acuerdo contigo. Me ha encantado tu post. Besos :D

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    1. Gracias, Margarita. Cierto que es no se bien si melancólico, decadente o sencillamente triste. Pero eso también existe.

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  5. Los cristianos eran también perseguidos, gente al margen del sistema, que se ocultaban, como los asesinos y ladrones, bandoleros y fugados de cárceles, en las catacumbas de Roma. Gente al margen, gente oculta, gente extraña, gente peligrosa.
    Un saludo

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    1. Muchas gracias por tu reflexión, Ccasconm. Gentes colocadas bajo la etiqueta de "peligrosas". Peligrosas son, justamente, las etiquetas que clasifican y despersonalizan.

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