Agosto












Sus padres se peleaban  cada rato sobre todo los fines de semana cuando estaban los cuatro en casa. Ya casi todos se habían marchado de vacaciones y el barrio y la ciudad estaban  vacíos. La escuela de verano  había cerrado y la perspectiva de todo un mes así no era demasiado buena.

 El sol estaba empezando a bajar. Escuchó a alguien que lloraba. No había muchos sitios donde esconderse, estaba en el descampado que había detrás de casa. Las hierbas secas  y en medio un viejo coche que ella recordaba que estaba allí desde siempre. Se acercó y siguió escuchando el llanto quejumbroso. Cuando le faltaban unos pocos pasos para llegar paró, y solo cantaban   las chicharras. 

Se agachó y allí estaba, llena de barro y con una soga al cuello, la llamó varias veces, estaba asustada y temblaba, parecía tener sed. Regresó con agua y restos de la cena de la noche anterior y se sentó a esperar.

Tuvo paciencia y cuando ya casi anochecía la perra salió, bebió  comió y volvió a su escondite. Durante varios días siguieron la misma rutina hasta que el animal perdió el miedo. 

Arcilla fue una más de la familia aquel agosto. Una mil leches,  decía su madre, un fruto del amor su padre. Se hizo querer y nadie   ya imaginó la vida sin ella. 




Imagen propia bajo la misma licencia que el Blog.












Comentarios

  1. Una historia preciosa. ES una realidad la cantidad de animales que abandonan y es una pena, pues realmente, son un miembro más de la famlia.
    Muy bonita y reflexiva entrada.
    ¡Besos! :D

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    1. Gracias Margarita ojala la cosa cambie y sean menos los que se abandonen y más los que se adopten. Buen agosto y un placer verte por aquí.

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  2. Solemos sentir una profunda compasión hacia criaturas desvalidas, injustamente tratadas, frágiles, salvables. Y tanto bien como hacemos rescatándolas deberíamos hacer hacia nosotros mismos. El dolor que vemos es un espejo. Me ha gustado el relato, wapísima. Enhorabuena.

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    1. Gracias Guille, Ojala que todos fuéramos mas empáticos y compasivos empezando por nosotros mismos.

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  3. Un caso de abandono de mascotas en verano con final feliz. Pasó a otras manos más compasivas y cariñosas, de eso estoy segura.
    Un saludo

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    1. Seguro Carmen el abandono a veces da la posibilidad de que encuentren una mejor familia. Un abrazo y buen agosto.

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