Zapatillas gastadas.





 Las rebajas estaban por terminar y la gente ya se había gastado el sueldo. Las vio allí, rebajadas, solas y entre los nuevos artículos de temporada. Miró las que llevaba y pensó que era ya hora de jubilarlas.

Cuando llegó a casa le quitó las etiquetas y el papel que tenían dentro de ellas, miró las suelas no demasiado convencida. Las jubiladas pasaron a formar parte de los jardines colgantes que tenia ella en su balcón, plantó hierbabuena y romero.

Caminaron juntas mil y una calles, subieron cientos de escaleras, siguieron el camino de baldosas amarillas a la ciudad esmeralda y regresaron del infierno más de una vez. Las zapatillas comenzaban a estar cansadas, le dieron un par de avisos a su dueña de que bajara el ritmo y las dejara descansar. TenÍa otros calzados muertos de risa en el armario que por las noches soñaban  con ver el mundo que había fuera. Las zapatillas de casa, que eran las que más años sumaban por lo tanto las consideraban las mas sabias del zapatero, le instaron a que tuviera paciencia, que todo llegaba, y así fue.

Un viernes de febrero, una lluvia las pilló en medio de la ciudad, una baldosa bailona, y acabaron en el suelo. El carnaval ya había pasado, pero cuando se miró en uno de los charcos ya tenia idea para el siguiente disfraz. Algunas contusiones, varios caritativos viandantes y una visita al centro de salud. El pie en alto, las zapatillas hicieron compañía a sus predecesoras, llevaban en sí lavanda y tomillo, y la felicidad de un merecido descanso. Los cautivos del armario zapatero dieron por finalizado su cautiverio y empezaron a ver más mundo.


Imagen propia bajo la misma licencia que el Blog. 





Comentarios

  1. Afortunadamente, para el estacazo que te diste no estás muy malparada. Y las zapatillas con suelas sin dibujo ya acabaron en donde deben estar.

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    1. Del ostión ha salido una bonita historia. A las próximas les pondré alguna planta. :)

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  2. ¡Madre mía! ¿Te pasó de verdad la caída? Al ver el comentario de Guille así lo he deducido. Espero que estés bien, y el relato ¡¡me ha encantado!! Muchos besos :D

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    1. Sigo entera Margarita, si tuve un percance hace algunos días. Voy mejorando, gracias por preocuparte y me alegra que te gustara el relato un saludo.

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  3. Por qué costará tanto desprenderse de un calzado con el que nos sentimos cómodos y con el que hemos disfrutado de experiencias viajeras?.
    No sabes como te comprendo, tengo una historia bastante similar.
    Besos

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    1. Supongo que un poco de apego de recuerdos de afecto y de comodidad. Creo que todos o casi todos tenemos alguna experiencia con calzado o ropa, espero que menos dolorosa. Un abrazo Ambar.

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