Infierno es un viejo cuento de curas,
un chiste malvado, el polvo que queda
cuando nadie cree en los curas, ni en el infierno.
Infierno es el agotamiento que te seca la boca, te seca por dentro. Y el diablo
en el que tampoco nadie cree, eres tú.
Vulgar es un campo de trampas: cada paso que pesa y mucho, te susurra
sin voces, sin milagros, sin poltergeists,
nada: nada.
Déjalo, es estúpido. No lo crees, no merece la pena, déjalo
vuelve a casa, escribe un diario ácido, pasa de todo.
La distancia del paso de una bota. ¿No puedo más, a esto
lo llamáis infierno?
Es el infierno. Des el paso más, o no.
Imagen propia, bajo la misma licencia que el blog.
Muchos caminos y muchos infiernos en este mundo y en esta vida, decías que no eras poeta y al final acabaras siéndolo. Un abrazo.
ResponderEliminarSin infiernos no hay paraísos. Y lo mismo puedo colar por poeta 'posmoenno' XD. Muchas gracias por el comentario.
ResponderEliminarHago mías las palabras de Ainhoa, eres un poeta.
ResponderEliminarMuy amable, Ambar. Ya sólo queda mejorar muuuuucho. XD
ResponderEliminar"Todo lo que tiene nombre, existe" Pues ese Infierno no, je, je. Pero sí otros con minúscula por desgracia. Me ha gustado pasar por aquí. Saludos.
ResponderEliminarMuchas gracias por el comentario, Mara. Nos alegra que te haya gustado, bienvenida.
ResponderEliminar¿Infierno? En el sentido eclesiástico de la palabra creo que ir a él más divertido que al paraíso. ¿Te imaginas la cantidad de personajes diferentes que hay en uno y en otro? Paraíso=santos, vírgenes y aburrimiento total. Infierno= movida, jaleo, caraduras y avispados. Mola, ¿no?
ResponderEliminarEl infierno de aquí abajo es otro cantar.
Un saludo
XD Gracias por tu comentario, Carmen. Y por tu humor.
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