
Estrasburgo, ciudad del
imperio, Julio de 1518 una mañana bulliciosa en la que nada hacía presagiar lo
que ocurrió. En ocasiones pensamos que la mayoría de las actividades que
hacemos las hemos inventado nosotros y que nada es más antiguo que unos cientos
de años. Aquellos que hablan de coreografías y flashmobs deberían haber estado allí
y se hubieran impresionado por lo que verían, la lástima fue el final de la
historia.
Sin adelantar nada más,
escuchemos al gentío: a los vendedores pregonar sus mercancías, a las comadres
regatear, a los pilluelos huir de la autoridad y a los amantes de lo ajeno con
algo debajo del brazo. En las mejores esquinas mendicantes piden una limosna por
el amor de Dios.
La banda sonora de la
historia no contiene música ninguna, aun así entre la gente camina una señora que se
detiene durante un momento, y sin motivo alguno comienza a danzar como si
estuviera en alguna fiesta o boda. Los curiosos se acercan a su bailarina
vecina y empiezan a murmurar. Frau Troffea siguió bailando durante toda la
noche y el día siguiente, uniéndose a ella en una semana hasta treinta y cuatro
personas, y en un mes eran cuatrocientos los danzantes. Nuestra protagonista
logró salvarse dejando de bailar varios días después pero muchos otros no
corrieron la misma suerte.
La gente moría de agotamiento, infartos, derrames
celebrares y otros tantos males. Quienes lograban dejar de bailar volvían a su
vida normal. Los curas desde los púlpitos en sus sermones hablaban sobre el mal
de san Vito o San Juan Bautista, que era un viejo conocido aunque no
encontraban explicación al suceso. Todo era demasiado confuso y errático, los
familiares llevaban a sus seres queridos a capillas con la esperanza que
dejaran de bailar y se curaran.
No era el primer caso de
este comportamiento: desde el siglo VII hasta bien entrado el XVII se conocen casos de este tipo, en
Alemania, Francia, Italia, Paises Bajos... Muchos hablan de histeria colectiva,
coreomanía, enfermedades mentales, hasta intoxicación por el cornezuelo del
centeno.
Se dieron casos de cientos y miles de personas bailando en épocas de hambruna
y malas cosechas, como si la gente
bailando olvidara sus males.
Volviendo a Estrasburgo lo
que sorprende es que las autoridades en vez de socorrer a sus convecinos vieron
el negocio y montaron un escenario y un
mercado mientras la gente seguía bailando y muriendo.
Imagen wikipedia:
Para saber más:
Lo del cornezuelo del centeno -LSD- me parece lo más probable como origen, sin excluir que luego diera paso a la histeria colectiva. Un abrazo.
ResponderEliminarSiempre hay quien hace leña del árbol caído, un saludo y buena semana Gabriel.
EliminarCuriosas estampas aquellas en las que alguna droga o virus ya desaparecido pudo ser la causa de este mal colectivo.
ResponderEliminarUn saludo
Mucho y lo que nos quedara por ver y descubrir Carmen. Buena semana.
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