Mamá Pájaro.



Me han informado hoy, fiablemente, de que la esperanza de vida en libertad de los gorriones comunes es de unos siete años. Por cuarta vez consecutiva regresa Mamá Pájaro. Al principio es un sonido apresurado, algo enervante, en la ventana más soleada del dormitorio que da al este, a la primera luz del alba. Casi suena como una empresa de mudanzas. Alboroto, limpieza, hay que ver cuánto trabajo, qué invierno tan lluvioso, todo hecho un asco.

Ya sé que le llevará una semana ponerlo todo a su gusto. Luego, si no se tuercen las cosas, aparecerá la corte de los galanes posibles. En cuanto asome un rayo de luz tras las muy altas montañas blancas habrá un concierto. Un casting. Un gorjeo que grita a cuatro o más voces que sigue girando la rueda del año, la tierra se despereza, asoman brotes valientes y regresan los que se fueron.

Luego será el intermedio. Silencio. Batir de alas, poco más. Y un día se cascarán los huevos y empezará la fase del estrés. Mamá Pájaro, atareada, desde el alba al ocaso yendo y viniendo. Los pollos insaciables, con la voz cada vez más crecida. El antepecho de la ventana para fregar cada día (sin lejías), porque los muy sanos y bien cuidados gorrioncillos cagan que es un primor.

Y los gorriones okupas. Supongo que son machos jóvenes, solteros sin suerte esperando que algo suceda, malo para los demás pero bueno para ellos. Que se caiga un nido. Que Mamá Pájaro falle en algo y se muera toda la pollada. Esperan una oportunidad, y duermen en la boca del tubo de salida del termo, por fuera. Hacen un ruido de orquesta, se llevan mal, se pelean.

Todos regresan cada noche, al tubo o al nido, o a los árboles y los aleros. Nunca he sabido, ni lo sé ahora, a qué obedece el sonido único, ese piar asustado e indefenso de los pájaros cuando caen las sombras. Es el sonido que tantos escritores usaron para definir la angustia, o el terror a secas. Luego cierra del todo la noche, y vuelve el silencio absoluto. Un silencio agazapado, como si contuvieran el aliento. Hasta que la luz deshaga el maleficio.

Dejan rastros. Ves en la calle algunas plumillas arrancadas, ya se pelearon los del tubo. A veces ves un huevo estrellado. Mala suerte, madre joven, demasiados huevos, visita de galán importuna. Limpias el alfeizar y observas. Si son muchos o pocos, si comen bien, si están sanos. Observas las cagadas, claro. A ellos no los molestas.

Un día ya no los oyes. Han volado. Y Mamá Pájaro come mucho, que es su manera de hacer la maleta. Cuando ves eso no hace falta el meteosat. Ya sopla el primer heraldo del otoño, y sigue girando la rueda del año.


Ahora tocan bienvenidas. Mamá Pájaro ha vuelto, y opina que todo está hecho un asco.



Imagen: Wikimedia Commons. Autor, Nevit Dilmen. Bajo licencia CC. 

Comentarios

  1. Todavía no toca las rondas ni las broncas, que acaba pareciendo na telenovela. buena entrada.

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  2. Ya vendrán los Donjuanes y los okupas sin novia, ya vendrán...XD Gracias.

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  3. Me impresiona bastante cómo Leonor y tú os fijáis en las cosas. Todo el mundo podríamos verlas, pero no las vemos.

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  4. Claro que todo el mundo puede ver las cosas. Es sólo que, muy a menudo, tenemos la cabeza llena de pensamientos más ruidosos que los gorriones okupas. Un poco de silencio dentro de nuestras cabezas, y comienza el espectáculo asombroso de lo que sucede alrededor. Gracias por tu comentario, Antón.

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    1. Cuando hablo de este tema me recuerda a los caballos que llevan las orejeras y que solo ven el camino y nada mas. Como dice Thorongil solo vemos una parte del todo y mas si vamos ocupados y preocupados por cientos de cosas. Mejor es tardar un poco mas y ver que es lo que la vida te ha preparado para hoy. Buen finde Antón y atento a las señales.

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  5. Pues sí que la he oído junto a mi ventana. Con este sol los pájaros han reaparecido y nos han recordado que la primavera está a la vuelta de la esquina. Espero que no tarde mucho y que, para entonces, Mamá Pájaro haya puesto a punto su casa después del invierno.
    Un saludo

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    1. ¿También tienes una gorriona veraneante, Carmen?Ya nos contaremos, a ver quéhacen esta vez. Un saludo, y muy buen fin de semana.

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  6. Qué observador eres siempre jjajajaja

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  7. Fijarse en las cosas es importante.

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  8. A mí personalmente me parece importante, Alodia. Gracias por tu comentario.

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