Nieva y la gente va entrando en la iglesia en
silencio. Muchos visten luto y otros han venido de lejos para asistir. La gente
no se mira entre sí, hay muchos lugares vacíos en las mentes de todos.
10 de febrero de 1355, día de Santa Escolástica, a
la que se reza para que proteja de los
rayos, en aquel día de infausta memoria no fijó sus ojos en aquella localidad.
Oxford, ciudad de estudiantes por excelencia desde
el siglo XI, los acogió en un principio en las posadas del pueblo, trayendo
prosperidad y dinero a sus habitantes.
Enrique II de Inglaterra prohibió a sus súbditos que
estudiaran en París, lo que hizo que la ciudad creciera con rapidez. El dinero
se movía pero también las pendencias, el alcohol y las reyertas: dos
estudiantes fueron colgados en 1209 por violación, se cerró la universidad. Volvió a abrirse en 1214 mediante una carta
papal, y en 1231 recibió carta de universidad.
Ciento cincuenta años después parecía que los
habitantes de la ciudad no estaban tan contentos como sus predecesores, ya que
el dinero que había entrado antaño había
mermado, los estudiantes dormían y comían en la universidad y eran ahora más
los problemas que las alegrías que daban en
calles y tabernas.
La noche empezó con dos estudiantes que increparon
al tabernero, quejándose de que la bebida que servía era de mala calidad,
pasando de ahí a los insultos y las
agresiones hacia el dueño del negocio.
El alcalde John de Bereford pidió al rector que encarcelara sin fianza a los dos
estudiantes para que las cosas no fueran a mayores.
200 estudiantes asaltaron al alcalde y a otras personas
que con él se encontraban, pidiendo la libertad de sus compañeros.
Mientras los habitantes de los alrededores y las
granjas se fueron juntando, y acabaron asaltando la ciudad académica. El motín
duró dos días, y el saldo de muertos fue de
65 estudiantes y 30 ciudadanos.
La disputa acabó siendo ganada por la universidad, y
cada 10 de febrero durante casi 500 años
el alcalde recorría las calles con la
cabeza descubierta hasta la iglesia acompañado de los ediles. Pagando una multa
a la universidad cada año de un penique por cada estudiante muerto, hasta
llegar a cinco sueldos y tres peniques.
Fuente Imagen: Wikipedia, wikimedia commons user: Áwá
Qué movida, qué locura..ni idea tenía de nada de eso, gracias por enseñarlo.
ResponderEliminarDe nada Sebastián hay muchas historias que solo se conocen a nivel local o del lugar donde ocurrió, lo bonito es encontrarlas, escribirlas y compartirlas. buena semana.
ResponderEliminarMe entere de este suceso por un programa de criminal minds y luegi dicen que la tv no deja sapiencia. XD
EliminarSaludos Anónimo, en la tv como en la vida hay de todo. Yo he aprendido en series también sucesos o personas que no conocía. El conocimiento es poder. un abrazo y un placer leerte.
EliminarMenos mal que esto nunca ocurrió en Salamanca, ciudad universitaria por excelencia, donde las pendencias entre estudiantes y universidad eran constantes pero sin llegar a tanto.
ResponderEliminarUn beso
Me alegro que así fuera, que no se llegara a ningún extremo todas las ciudades universitarias están llenas de leyendas historias y sin duda buenos lugares que visitar y donde se bebe y come bien. un abrazo y buena semana Carmen.
ResponderEliminarLos metían en celdas a que se les pasara la trompa, a los estudiantes, de verdad. No sabía que podían pagar fianza. Los de pasta, no?
ResponderEliminarYo he escuchado historias de estudiantes de nuestro país que los pillaban la guardia de la universidad y los metía en la celda, que por cierto vi una en Baeza y era de espacio reducido. Supongo yo que habría fianzas y dependería de lo que hubieras hecho, en Inglaterra lo ignoro pero investigare y si encuentro algo escribiré sobre ello, un saludo Ana y buen finde.
ResponderEliminar¡Ay, los jovenes...! Los estudiantes, siempre tan revolucionarios, unas veces muy provechosamente (cuando sus revueltas son por protestar contra un régimen político totalitario y tiránico, contra las injusticias, etc) y otras, por borracheras juergas y botellones. Hoy como ayer.
ResponderEliminarPor cierto, Oxford es muy bonito e interesante. Hace años que lo conocí
Tomo nota, Oxford no la conozco pero tengo ganas de visitarla, eso si por si las moscas me llevare un palo o algo. jajajajaja. Sin duda los estudiantes son una fuerza de la naturaleza nadie sabe como reaccionaran la próxima vez. un abrazo.
EliminarQue pelotera...El vino seria la excusa, pero se armó la mundial. Me dijeron que había cárcel en las universidades y me costaba creerlo, aunque visto lo visto...
ResponderEliminarsin duda era un buen sitio para dormirla, pero creo que en este caso era ya algo que venia cocinándose de hacia tiempo, días y días de altercados y de peleas malos entendidos, al final el caldero se vierte y quien sabe que puede pasar. un saludo.
EliminarDebió ser un asunto muy grave en el que salieron perdiendo los de siempre, para variar. Muy bueno.
ResponderEliminarLa lastima es que al final todos acabaron perdiendo algo y este tipo de circunstancias suelen quedarse en la memoria colectiva como en las peleas de vecinos: tu abuelo le movió al mio las lindes, o le robo un cerdo... muchas veces luego no se recuerda el motivo de la pelea o enfado. Pero en esta ocasión la cosa fue bastante lejos. un saludo Andres.
EliminarApasionante.
ResponderEliminargracias Ari, un saludo y buena jornada.
ResponderEliminarTodavia no lo habia leido, te coentare que voy con el tiempo en la suela.
ResponderEliminarNo hay problema cuando tengas mas tiempo, buena semana. :)
EliminarUn artículo personalizado. Eso sí que es original.
ResponderEliminarGracias Sota, como en la buena cocina un poco de cada ingrediente hace un buen plato, en los artículos y relatos se obra de la misma manera. Este es el resultado. un saludo y bienvenido a este lugar, seguro que encontraras que leer. un saludo.
EliminarMe ha encantado.
ResponderEliminarme alegro Juan buen finde y gracias por leernos.
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