Jueves noche y no había ni blas en el restaurante. Una pareja,
y un chino que entró a la vez que ellos.
Un par de cervezas y su mesa de siempre, mientras
pensaban qué iban a cenar. Ella se sentó de espaldas a la puerta de entrada.
- Jacobo, ese tío nos está siguiendo.
-¿Estás segura?
Ella asintió. No volvieron hablar sobre el tema en
toda la cena, de poco les serviría salir corriendo, y hacerse notar más. La pareja se fue y la dueña del
negocio, Lupe, sacó un par de rondas al ver la cara de pena de sus clientes.
El hombre tuvo que marcharse al ver que ellos se quedaban a ayudar a recoger. Mientras hacían
tiempo se tomaron la última.
Habían llamado a un taxi y pasada la una abrían la
puerta de su casa. La señora Joaquina les había dejado una nota en la puerta. Su sobrino, el Rober, que era policía municipal, se quedaba a dormir en casa de su tía
para más tranquilidad de todos.
Estela bajó las persianas del comedor y trajo su
mochila. La abrió, y sacó algo que venía en una bolsa. Lo puso sobre la mesa. Era
un buda de esos que se fabrican en moldes, este de resina, pero tenía algo en
particular: los ojos del buda estaban abiertos y miraban.
- - Ayer,
como te he dicho antes, estuve en el bazar. Sabía que Feng tenía algunos budas
en la tienda, me había gustado el del altar de su casa. Sólo quedaba uno y era bastante particular,
estuve dando un par de vueltas después de cogerlo y cuando ya me iba, vi al hombre que estaba ahora en el restaurante. Parecía muy enfadado, le preguntó a Feng si no le quedaban más
budas, él le dijo que no y el hombre salió echando pestes.
Estela le mostró el Buda. Tenía los ojos abiertos
mientras meditaba bajo el árbol Bodhi.
- - Te
lo había comprado por tu cumpleaños. No pensaba yo que fuera a traer tantos
problemas.
Escucharon
ruidos fuera, llamaron a la puerta muy suavemente.
-
Soy
el Rober, abridme.
Estela dejó el Buda sobre la mesa y fueron abrir la
puerta. Allí estaba el Rober, entró muy despacio, algo cayó al suelo y todos
miraron hacia donde provenía el ruido.
Balkis había decidido que Buda no era bienvenido a aquella casa, y como
dueña y señora gatuna de aquellos reinos lo había ayudado a caer muy
piadosamente.
Jacobo cerró la puerta mientras Estela contaba los
pedazos de la pobre figura, pero no sólo era resina. Contenía
diamantes. Estela los vio teñidos de
sangre y no pudo evitar un suspiro.
Rober tenía
unos guantes y puso los diamantes en un
pañuelo. Volvieron a escuchar voces: esta vez era la señora Joaquina que había
salido dando gritos al descansillo.
La señora,
que estaba de buen año, había logrado noquear al hombre desprevenido: le había
puesto la zancadilla. Si no hubieran salido su sobrino y la pareja se hubiera
sentado encima de él.
El buda después de haber pasado por urgencias y un
poco de pegamento, ahora lejos de Balkis, ocupó su lugar en el altar que ellos dos tenían, de recuerdos y objetos
personales.
Ying volvió a casa un tiempo después, pero esa es
otra historia.
Fuente imagen: Propia.
Me ha gustado. Sobre todo, los alias. Y lo inquietante que está en cualquier sitio.
ResponderEliminarLos alias pretendían remarcar ese toque de centro viejo de ciudad que conserva el espíritu de barrio, con sus ventajas y sus inconvenientes. Tienes razón, solemos pensar que lo insólito, o lo amenazador, no tienen cabida en lo cotidiano: pero la realidad suele dejar muy corta a la ficción.
ResponderEliminarQué bueno es.
ResponderEliminarGracias ya veo que hoy te has dado una buena jornada de lectura.
ResponderEliminarComo mola, que buena que es.
ResponderEliminarGracias Migue :)
EliminarCon mucho impacto. Y odio los neorrelatos que conste.
ResponderEliminarConsta en acta, nunca llueve a gusto de todos, por lo menos los que has leído hasta ahora parece que te han gustado. un saludo.
EliminarBuenisimo todo entero.
ResponderEliminary nosotros estamos encantados de que te guste. un saludo.
EliminarGenial las dos partes, lo he flipao.
ResponderEliminarUn poco de misterio y nuestra Miss Marple particular es una buena historia, gracias Pedro.
EliminarSupongo que lo que llama la atención es introducir el caos en una vida 'vulgar y ordenada' ¿No?
EliminarMuy buena, Leonor, enhorabuena.
ResponderEliminarGracias Fearn Fall, gracias a ti también por leernos y seguirnos. un saludo.
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