Espiritu, inocencia, magia.



Estos días son otros más en el calendario gregoriano:  alegres, menos por que se recuerda a seres queridos que están lejos o no están. Nos reunimos alrededor de grandes mesas, comemos y bebemos, hasta nos peleamos.


Se hacen regalos y se despide a un año que acaba esperando que el que nace sea mejor. Se espera a los Reyes, al Olentzero, ( carbonero que trae regalos en el País Vasco, y partes de Navarra la noche de Nochebuena) el “Tió” catalán y maño al que se cuida desde el día de la Inmaculada Concepción hasta la Nochebuena alimentándolo y tapándolo con una manta para que no pase frio. Esa noche los niños le cantan y  le pegan con palos para que cague dulces y regalos.


Decimos que son los más pequeños los que  disfrutan pero yo he visto a padres más ilusionados que los propios niños, esperando abrir regalos y sintiendo la magia de estas fechas.


Hablamos de que la bondad hay que sentirla todo el año y ese entre comillas espíritu de paz y armonía. Ojala fuera así. Yo me sigo quedando con los recuerdos de la niñez que todavía hoy me hacen sonreír y sentir esa alegría y esa magia, cuando todo es posible.


Escuchar a los reyes dentro de la casa, y taparme con las mantas para que no me vieran despierta.  Levantarme temprano para cerciorarme de que habían venido y no se habían perdido por el camino. Además de estar segura que me habían dejado lo que yo había pedido.


Sean más sobrias, con más o menos compañía, con huecos en la mesa, con llamadas por teléfono, sorpresas, riñas, buenos deseos, sonrisas, esperanza, las celebréis, o no, hayáis inventado vuestras propias fiestas…


Desde este Blog deseamos poder seguir compartiendo el año que viene con vosotros, con fuerzas renovadas. Que sea un poco mejor que este y ante todo que se cumplan vuestros deseos y que nos ayudemos los unos a los otros por un mundo mejor.


Feliz Navidad, próspero 2014,  que los reyes se porten con vosotros: los zapatos bien limpios y mucha ilusión.




Comentarios

  1. Una vez me trajeron carbón. Tenía menos de seis años, eso de fijo, porque mi madre estaba viva, y había cumplido (supongo) el colmo de la paciencia de hacer trastadas. Era una broma, para los adultos, o un correctivo menor. Pero jamás olvidaré el saco abierto de negro carbón, y que a carallo me valió de nada que me juraran que se comía, Me trajeron carbón, hay que joderse. Y no me lo merecía. XDDDDD

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Yo tenia también 6 años y el Olentzero venia a casa de mis abuelos y recuerdo que lo que mas deseaba era una bici nueva y la mañana de Navidad allí estaba nueva resplandeciente y preparada para ser usada e ir en busca de aventuras.

      Eliminar
  2. Espero que no os hayan traido carbón jajaja

    ResponderEliminar
  3. Pues hemos tenido suerte y nos debemos haber portado bien pq han sido generosos Con los dos. Esperamos que a ti también te hayan traído muchas cosas buenas y y un gran año. Lucas.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario