En nuestro
transitar de cada día pasamos por lugares que acaban convirtiéndose en estaciones de paso de nuestras vidas y devenires.
Curiosamente, en algunos de ellos nuestra apreciación cambia cuando el tiempo
que pasamos en ellos se alarga.
Este que voy a
citaros es una acera de un barrio del extrarradio, con sus jardines y sus
comercios, un lugar tranquilo si no fuera lo que es: un lugar de paso. Podría
ser cualquier calle de pueblo o ciudad por la que caminamos a diario, pero su
ubicación no lo permite.
Me recuerda a las
cercanías de los mercados bajo la iglesia o la catedral, lugares de paso de
muchos y de ganancia de otros tantos. Con la puerta de la ciudad a mano para no
perder la oportunidad de desaparecer con el botín a buen recaudo.
He aquí el problema:
como conseguir el premio sin cabrear al
comerciante, y entretener al incauto para que mire en su bolsa y suelte desde
un cigarro hasta si Dios lo consiente, ser invitado a un buen pote y lo que surja. Curiosamente
todos los días de mercado o de feriado son los mismos pícaros, y a veces cuando
sopla el viento del sur con el llegan los
que van en busca de la Ítaca que se resisten a perder.
Trúhanes, tahúres,
locos, profetas que recuerdan que el Anticristo esta entre nosotros… Algunos
son parte del camino de la vida y piden sin más motivo que sobrevivir.
Vendedores, charlatanas, brujas, echadoras de cartas o ladrones a secas.
Otros por desgracia
se quedaron en esta parte del camino, haciendo el mismo viaje para siempre, sin
más motivo que aprovecharse de los que andan por esos lugares de paso.
Guardaos de
aquellos que no os desean bien, y seguid vuestro camino ahora que aún podéis.
Fuente Imagen: Wikipedia, creative commons.
Que verdad es todo eso que cuentas...
ResponderEliminarpues si la vida y sus historias que no nos dejan aburrirnos.
EliminarEs una reflexión digna de pensar sobre ella. Gracias, Leonor.
ResponderEliminarA ti por leernos y poner tanto interes. un saludo.
ResponderEliminarEs inquietante. Para mí al menos...
ResponderEliminarCreo que todo aquello que se sale de nuestro ámbito de vivencia y no conocemos lo es Chelo estamos acostumbrados a nuestro circulo de comodidad, amigos, y pueblo ciudad y cuando algo se sale de ahí tiene su peligro y su inquietud, a veces como resultado tiene cosas buenas y otras no tanto. Eso si siempre hay algo que aprender. un saludo.
EliminarSí que es inquietante.
EliminarLos lugares de paso o transito suelen serlo,quizá no siempre pero quien anda por allí y busca la manera de ganarse las alubias de manera no muy clara suele seguir sus atajos y sitios de siempre y cuando aparece la santa hermandad desaparecen hasta entre los adoquines del suelo. un saludo.
EliminarHay pícaros y pícaros. Algunos son parte del barrio en el que viven, o eso creo yo.
ResponderEliminarSi cada pueblo, barrio o ciudad los tiene unos con mejor fama o peor y con una historia detrás, también están los locos o raros que no entran en el papel de picaros pero tienen su sitio en la vida de el lugar en el que viven.
EliminarResulta inquietante, aunque muy cierto. Buen relato, como todos los tuyos, Leonor.
ResponderEliminarGracias Fearn Fall :) .
EliminarNo lo hemos leído,una pena. Da que pensar mucho.
ResponderEliminarDicen que nunca es tarde :)
ResponderEliminarMuchisima buena gente hay, y cuatro sinverguezas que valen por mil.
ResponderEliminarPues si pedro son cuatro pero se ven mas que cuatrocientos ya lo que valen no sabria decirtelo, depende como se mire. un saludo.
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