Una canción como medicina (relato para jueves de siluetas blog de Myriam

 

A los albores de la mañana las campanas de los monasterios tocaban que ya había cerrado los ojos nuestra señora Reina Propietaria de Castilla, Juana. Que ya no sufriría y no tendría que aguantar más los malos modos, amenazas y malos tratos de sus carceleros. Que muchos lo sintieron de corazón y otros menos que tan solo hacían apariencias y penitencia por lo que sabían y callaban. 

Que era Viernes Santo, el mismo día que el señor murió en la cruz y que los que más la querían esperaban que resucitara en el reino de los cielos al igual que nuestro Redentor. Algunos la lloraron, pero nadie más que su hija Catalina que aquel día creyó ver una sombra en su estancia muy parecida a la de su madre que venia a despedirse. 

La Reina de Portugal miró por la ventana en la lejanía y observó las brumas y los valles, llegó a sus oídos una canción que su madre solía cantarle siendo niña y que ella  a su vez le cantó siendo ya adolescente  cuando sufría sus males y solo ella podía calmarla. 

Que las noticias tardaron pero su corazón ya sabia que su madre había descansado de tan penosa vida. Y mientras recibía tan triste noticia por lo bajo, sin que nadie la escuchara cantaba la canción que las unía.

Ainhoa y Guille 

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